Artur Mas marcó ayer límites a la CUP, de cuyo apoyo dependen que vuelva a ser o no presidente de la Generalitat. Mas invitó a la organización anticapitalista a usar su fuerza "con mesura" y a asumir que sus diez diputados tienen capacidad para forzar unas elecciones anticipadas en marzo, pero no para "cambiar" la oferta de investidura de Junts pel Sí (JxS) y proponer otro candidato a la investidura. Mas avisa de que la oferta de JxS a la CU ya "no se moverá", por lo que la formación anticapitalista no puede esperar más concesiones. La CUP "es muy libre" de tomar la decisión que sea, pero debe ser consciente de que "no tiene tanta fuerza como para cambiar a un presidente de la Generalitat", advirtió el presidente del Ejecutivo en funciones catalán. "No soy un obstáculo ni un problema", ha afirmado Mas, convencido de que "el problema es cómo protegemos y garantizamos mejor el proceso soberanista catalán".

Mariano Rajoy terció ayer en la situación política de Cataluña al apuntar que cualquier gobierno apoyado por la CUP es "un desastre" y recomienda a Junts pel Sí que busque otra fórmula o, "en todo caso", que se celebren nuevas elecciones. El jefe del Ejecutivo ha recalcado que un gobierno apoyado por la CUP "no va a parte alguna" y ha opinado que quien debe rectificar y "dar un paso atrás" es quien ha generado la situación actual, en referencia a Mas. La vicepresidenta del Gobierno catalán en funciones, Neus Munté, replicó a Rajoy que el desastre "es su inmovilismo" y "su falta de diálogo".

La indefinición de la CUP sobre la investidura de Artur Mas ha avivado el debate interno en CDC sobre la conveniencia de un acuerdo con la formación anticapitalista y sobre las consecuencias de unas elecciones anticipadas en marzo. El escenario de una investidura con el apoyo de la CUP que evite unos nuevos comicios es el que prefiere Mas y el grueso de la cúpula de Convergència, pese a que el malestar con los antisistema es más que notable.

Dentro de la dirección, sin embargo, sigue habiendo voces que no ven claro un acuerdo con la formación anticapitalista y preferirían o bien un acercamiento al PSC o bien unas nuevas elecciones. Mas, no obstante, ya dio a entender en la reunión de la dirección de CDC de finales de noviembre que el mandato de las urnas el 27S, elecciones a las que JxS se presentó con un programa inequívoco a favor de la independencia, no permite explorar otros escenarios que supongan una "marcha atrás" en el proceso soberanista.

El secretariado permanente de CDC, que también ha apostado por esperar a que la CUP decida el 2 de enero su posición final, considera unas elecciones en marzo como un escenario "temible", porque CDC no tendría garantizada en absoluto su victoria.

Los dirigentes del partido comentaron ayer su última encuesta interna, que le concede la victoria a ERC, por encima de una Convergència que se arriesga a perder la presidencia de la Generalitat y el liderazgo del bloque soberanista.