El Rey Felipe VI cambió este año el escenario del Mensaje de Navidad y, en vez de elegir como es tradición una estancia de su residencia en La Zarzuela, se ha se ha dirigido a los españoles desde el Salón del Trono del Palacio Real como lugar que expresa "con mayor dignidad y solemnidad la grandeza de España".

El cambio de lugar desde el que el monarca a trasladado a los españoles su felicitación navideña tiene mucho que ver con las ideas y conceptos que se han repetido a lo largo del discurso, en el que han abundado los llamamientos al entendimiento, la convivencia, el diálogo, la pluralidad y el compromiso en la defensa de los valores constitucionales.

El Rey habló sentado en el salón del trono, vestido con un traje azul marino, camisa blanca de raya fina y corbata de fondo azul con puntos rosa y carmesí, que es el color del Guión, la enseña personal del monarca.

Al inicio de su alocución, que tuvo una duración de algo más de doce minutos, justificó la elección del lugar en el hecho de que el Palacio Real sea un "símbolo de nuestra historia que está abierto a todos los ciudadanos" que contiene además un patrimonio artístico que recoge "siglos y siglos de nuestra historia común".

En la cabecera previa al mensaje, y sobre el himno nacional, ha podido verse una imagen aérea del Palacio Real, la fachada de la Plaza de Armas. Después, se han mostrado imágenes del interior del palacio como el Salón de Alabarderos, en el que se ve el Belén Napolitano, y del Salón de Columnas, en el que se sitúa el árbol de Navidad.

Junto al Rey, mientras hablaba, colocaron cuatro fotografías, todas de este año. Una de ellas mostraba los monarcas y sus hijas en el Palacio de Marivent del pasado agosto, mientras que en otra se destacaba a Felipe VI junto a la Princesa Leonor entrando en su residencia en Zarzuela del pasado mes de junio.