La organización Sociedad Civil Catalana (SCC), que se opone al proceso soberanista, presentó ayer un informe en el que avisa que la independencia de la comunidad destruiría más de 440.000 empleos, el equivalente a un 16% de ocupación, lo que elevaría la tasa de paro hasta el 34,4%.

El informe de SCC, que dio a conocer el profesor de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona, Ferran Brunet, augura un "colapso" y una "crisis permanente" en Cataluña, con efectos "catastróficos" entre los que citó una caída del 45% del comercio con el resto de España y un aumento del déficit del 10,3% del PIB.

La deuda pública subiría hasta el 118% del PIB, con vencimientos anuales del 25%. El economista resumió: "La pieza clave de este proceso es la incertidumbre: falta saber si el efecto será negativo, muy negativo o catastrófico".

Con estos vaticinios en la mano, el vicepresidente primero de SCC, Joaquim Coll, presente también en el acto, se preguntó: "¿Estamos dispuestos a sacrificar una generación por un futuro que no sabemos como será?".

Por su parte, el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Barcelona, Francesc Granell, advirtió, a tenor del informe, que una Cataluña independiente deberá tener una moneda propia -al margen de que después acabara integrándose en el euro-, y "se depreciaría al momento". "Sentirse muy catalán no es pedir la independencia, sino un muy buen pacto con la Moncloa", resumió su postura.

Poco antes, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, defendió la integración europea y el respeto al ordenamiento legal tanto de la UE como nacional, recalcando que, frente a ello, no caben "astucias, ni atajos, ni añagazas". Una UE "presa de nacionalismos secesionistas y excluyentes -advirtió- correría el riesgo de verse diluida y debilitada".