José Manuel Otero Novas se guarda para sí las causan que le llevaron a dejar la asesoría del expresidente José María Aznar antes de llegar a La Moncloa. "Vi que ya no hacía falta", se limita a comentar tras defender a su exjefe de las críticas que ha recibido por cuestionar la política económica de Mariano Rajoy y amagar con volver a la política. "El derecho a la libertad de expresión está por encima de la obediencia al partido", considera el exministro de la UCD, quien también analiza la situación de la Monarquía, del encaje de España en la Unión Europea y recuerda con cariño al expresidente Adolfo Suárez.

-¿Qué análisis hace del reciente ataque de José María Aznar a Mariano Rajoy?

-Es natural que un político que mantiene las capacidades físicas e intelectuales opine.

--¿Le parece normal que opine en contra de su sucesor?

-Es lógico que a los dirigentes del PP les hayan sentado mal estas opiniones porque rompen la unidad de imagen del partido, pero Aznar intentó ser respetuoso con el presidente del Gobierno.

-Pues lo tachó poco menos que de inepto.

-Creo que Aznar ejerció su libertad de expresión, que está por encima de la obediencia a un partido político.

-¿Por qué dejó el PP?

-Asesoré al expresidente Aznar durante un tiempo y luego me di cuenta de que ya no era necesario.

-¿Es culpable Aznar de la resaca de burbujas que nos afecta ahora?

-La crisis no se debe únicamente a la burbuja inmobiliaria y, además, lo que dice Aznar de bajar los impuestos es lo que decía Mariano Rajoy antes de llegar al Gobierno. Por otra parte, aún reconociendo que los Gobierno de Aznar hicieron una política económica aseada e incluso correcta, también se beneficiaron del cambio de la curva económica de Europa. Aznar se aprovechó además de los efectos positivos de las tres devaluaciones de la peseta que había hecho anteriormente Felipe González. La situación ahora es diferente por la crisis y por la debilidad de España.

-¿Se aprovecha Europa de esa debilidad?

-Por supuesto. España ha cedido competencias a las comunidades autónomas y a Europa. Me parecen una tomadura de pelo al Gobierno de Rajoy los dictados que parten de Europa. No he visto nada más errático que las órdenes de las instituciones europeas al Gobierno de España.

-¿Cómo afecta esa debilidad a la Corona?

-Si no somos capaces de revertir ese agotamiento que padece el sistema político nos vamos a cargar la Corona. Yo no soy monárquico, más bien sigo la doctrina tradicional que defiende el accidentalismo en las formas de Gobierno. Según las circunstancias hay que ser monárquico o republicano. En las circunstancias actuales sería muy malo poner en cuestión a nuestra Monarquía.

-¿Y si es la propia Monarquía la que se pone en cuestión así misma?

-Ese es otro problema y comprendo que los ciudadanos estén desencantados por las noticias que no favorecen en nada a la Corona, pero no olvidemos que ya tuvimos dos Repúblicas que acabaron en tragedia.

-¿Está convencido de que el riesgo a un golpe de Estado no existe?

-Convencido. Los riesgos vienen por otras vías: de la calle, de los políticos. Otra cosa es que tras un estallido en la calle aparezca algún militar que considere que tiene que actuar, pero nunca de una forma unitaria.

-El cuñado de Adolfo Suárez revelaba hace dos semanas que el expresidente no tiene alzhéimer, tal y como se pensaba.

-No sé lo que tiene Adolfo Suárez, pero la última vez que estuve con él, hace algunos años, era muy consciente de que algo estaba pasando con su memoria, que algo iba mal. Recordaba todo lo inmediato y esa no es una característica del alzhéimer.