Millet tenía la mano larga, pero hasta extremos inverosímiles. El presidente de la fundación Orfeó Català-Palau de la Música, ahora imputado por apropiación indebida de dinero de una de las instituciones con más carga simbólica de Cataluña, no sólo se apropió de varios millones de euros de la institución, sino que cometió algún que otro acto acto de mal gusto, como el que El Periódico relataba en su edición de ayer: Millet pagó la fastuosa boda de su hija con cargo al Palau de la Música, pero, además, hizo que sus consuegros, los padres del novio, le pagaran el 50% del gasto, unos 40.000 euros.

El importe global de la fiesta, en la que participó una amplia representación de la clase política catalana, ascendió a 81.156 euros. Fuentes de la investigación explicaron que los padres de Xavier Rafart, casado con Clara Millet, asumieron este pago, un gasto que consideraron muy elevado y que les supuso recortar la lista de invitados de la familia Rafart. Para poder hacer la boda en el interior del centenario edificio modernista se tuvo que adaptar una plataforma elevada por encima de todas las butacas y eliminar la inclinación de la platea dónde se dispusieron las mesas de los invitados.

La ceremonia tuvo lugar el 28 de junio del 2002 y congregó, además de los políticos, a una nutrida represe del empresariado y el mundo de las finanzas catalán. El pasado mes de octubre, los abogados del Palau de la Música presentaron varios documentos sobre los gastos de Millet, y entre estos había documentos justificativos de importes de la boda sufragados por la institución musical, como por ejemplo 258 euros de las azafatas, 11.161 de la guarnición con flores y 33.415 de las obras de reforma necesarias por adaptar la platea. Los coros del Orfeó también cantaron y se les adjudicó una factura de 5.500 euros.

La práctica de endosar la factura de los gastos personales al Palau, más que una excepción parece una norma por la información que se ha conocido hasta ahora. Pero Millet, además, ya sabía de qué iba esto de casar una hija con cargo a la institución musical. En la boda de Laila Millet con el biólogo inglés Ross Jackson, celebrada en septiembre del 2002, la factura fue de 129.010 euros. 28.895 fueron para la empresa que sirvió la comida (Prats-Fajó) y 6.769 para la que decoró el auditorio con flores. Por lo menos, en la primera boda parece que los consuegros de los Millet no acarrearon con su parte. Los investigadores del caso consideran que por las prácticas que van encontrando, Fèlix Millet actuaba con el dinero del Palacio como si fueran los ahorros familiares. Entre las irregularidades hay tanto gastos de carácter muy personal, como por ejemplo servicios de canguro, como partidas para hacer compras de inmuebles particulares en beneficio de la familia de Félix Millet o de la del que durante años fue su mano derecha, Jordi Montull.