Francisco Vázquez, embajador de España ante la Santa Sede, afirma que no hay contradicción alguna entre ser católico y socialista y asegura que una cantidad “ingente” de socialistas provienen, y también de comunistas, de los movimientos cristianos de base de los años setenta, “cuando la Iglesia fue un puntal importante en la lucha por la democracia y las libertades. Que no se le olvide a nadie”.

Estaba Vázquez recordando aquellos tiempos, ayer, en una entrevista en RNE, cuando de pronto lanzó una denuncia: “Hay en estos momentos un ordenado y planificado ataque contra la Iglesia desde distintos sectores del pensamiento”, dijo, dejando atónito al periodista. “No estoy hablando desde el punto de vista político”, advirtió el ex alcalde de A Coruña.

Un ataque “ordenado y reflexionado y perfectamente coordinado”, siguió. “Es esa tergiversación y manipulación constante que se hace de la figura del Papa actual, que es un Papa intelectual, en la que se interpreta lo que él dice de forma torticera. Es esa idea de reducir al ámbito de lo privado lo que es una manifestación pública del individuo y de la sociedad, como es el aspecto religioso”, dijo Vázquez.

“Hoy ser católico no está de moda, no es fácil; tampoco lo fue en otros tiempo, y yo creo que es bueno que en este momento las personas católicas hagamos visible nuestro compromiso allá donde estemos”. “No hay que tener complejo alguno. Yo me siento católico y hombre de izquierdas”, declaró el embajador, quien puntualizó las declaraciones sobre el preservativo que hizo en África Benedicto XVI.

“El Santo Padre no llamó contra el preservativo”, dijo “textualmente” que “la Iglesia, desde siempre, consideró que no es el medio perfecto para luchar contra el sida y que hay que buscar otro tipo de alternativas”.

“Yo, personalmente, creo que el preservativo es una solución no sólo para el sida, sino para otra serie de problemas. Es un instrumento bueno para impedir la propagación de cierto tipo de enfermedades”, declaró Francisco Vázquez, que invocó la “libertad personal” en cuestiones de sexo, pero mostró de nuevo su rechazo al aborto, aunque sin deslegitimar la pretensión del Gobierno de hacer una ley de plazos.

“Yo soy católico y los católicos defendemos el derecho a la vida, es un principio de fondo. Nosotros entendemos que desde el primer momento de la concepción el embrión tiene alma, es hijo de Dios y tiene todo el derecho a vivir”.

Aún así, justificó “la voluntad del Gobierno” de “adaptar la ley a las experiencias y realidades actuales, sobre todo desde el punto de vista de la protección de la intimidad de la mujer y llevar a cabo una regulación estricta del tercer supuesto”. Se reafirmó, no obstante, en su rechazo a manifestarse en las procesiones de Semana Santa con lazos blancos. “No es prudente”, “no hay que mezclar”, afirmó, y “no es ninguna contradicción”. “Aviados estamos si para cuestiones importantes se considera que las cofradías deben manifestar su opinión. Saldrían las imágenes y los cofrades con más cintas que la capa de un tuno”.

Vázquez recordó que en su día, cuando era diputado en el Congreso, él no votó la ley del aborto vigente. “Y mi partido respetó mi libertad de conciencia”, remachó:“Yo me siento muy cómodo en mi partido porque en cuestiones de conciencia siempre respetó mi libertad personal y no tuve ninguna contradicción”.

Vázquez aseguró que las relaciones entre España y el Vaticano “son muy buenas” y fluidas actualmente: “Creo, modestamente, que en estos tres años yo les dí la vuelta”.

También comentó la remodelación del Gobierno. “He sentido, desde el punto de vista personal y de los afectos, la marcha del ministro de Cultura, que ha sido muy buen ministro”, dijo sobre César Antonio Molina. Y destacó la “satisfacción” que le produjo el nombramiento de José Blanco como ministro de Fomento. “Empezó a mi lado y estuvo conmigo en las ejecutivas [del PSdeG-PSOE] cuando era todavía un chaval”. “Yo le mandé una tarjetita —aunque él ya me había dicho hace unos días que lo iban a hacer ministro— en la que le invitaba a leer las obras de Indalecio Prieto, que fue uno de los grandes ministros de obras públicas que tuvo España y uno de los dirigentes socialistas”. “Todavía hoy me sigo sintiendo un prietista”.

“Zapatero ha hecho la reforma que él considera mejor, con personas de su entorno y de su confianza, y sobre todo, de capacidad política” para afrontar la crisis en la que “nos han metido los manipuladores del dinero, los timadores”, deploró Vázquez, quien denunció que “los paraísos fiscales son un insulto. Su pervivencia es más grave que los ensayos iraníes para obtener energía nuclear ¡fíjese lo que le digo, eh!”, concluyó el ex alcalde coruñés que ayer cumplió 63 años.