ETA ha vuelto a actuar, en esta ocasión contra un medio de comunicación vasco. La rotativa que el diario El Correo tiene en la localidad vizcaína de Zamudio sufrió los estragos causados durante la madrugada de ayer por una bomba de cinco kilos de explosivos, que pese a provocar considerables daños materiales no provocó ninguna víctima. El diario respondió en un comunicado a la última acción de la banda terrorista para señalar que "no les silenciarán" y, mediante una edición de urgencia, relataron el atentado sufrido en primera persona.

La explosión se produjo sin ningún tipo de aviso previo sobre las tres de la madrugada, en una de las plantas del edificio donde operan la rotativa de El Correo, ubicado en el polígono Torre Larragoito, en Zamudio. El artefacto estaba compuesto por cinco kilos de explosivo y un temporizador, según fuentes del Departamento vasco de Interior, que señalaron además su localización dentro de una mochila que, a su vez, se encontraba colocada contra la pared.

El Gobierno vasco confirmó el sello de ETA en este nuevo atentado y precisó que la Ertzaintza ya ha abierto una investigación para esclarecer las circunstancias, analizando los restos del artefacto para determinar su composición. La onda expansiva, según el propio periódico, destruyó "un zócalo de hormigón de más de un metro de grosor que protege la fachada, además de derribar alrededor de cuarenta metros cuadrados del muro del edificio y afectar a parte del tejado del inmueble". Entre los daños materiales también se encuentra la rotura de cristales en otros pabellones industriales, concretamente de las empresas Padel y Tubos Larrondo.

"No nos silenciarán"

La explosión no causó daños personales, pese a que medio centenar de trabajadores de la rotativa se encontraban en las instalaciones en ese momento. Dos horas después de producirse el atentado, los empleados pudieron regresar a sus puestos.

El Correo respondió al atentado contra sus instalaciones con una edición de urgencia y un editorial bajo el título "No nos silenciarán". En él, se denuncia que la verdad, impresa o hablada, es "el principal enemigo de una banda que sólo sabe de violencia y de muerte, que ha hecho de la destrucción su único y estéril discurso". "ETA no tiene mayor oponente que quien contrarresta sus mentiras, sus mensajes totalitarios y sus falacias criminales y los comparte con la sociedad a la que desea dominar y anular", afirma.

La dirección y los trabajadores del diario recalcan que cada vez que ETA ha atentado contra el periódico se han "reafirmado en sus principios" y han "redoblado" su compromiso con la sociedad vasca. Por ello, ayer volvieron a sostener "la obligación de defender el derecho a informar y ser informado, y la exigencia, como cualquier ciudadano de este país, de plantar cara al terror, de levantar un dique de dignidad frente a la banda terrorista". "La bomba contra nuestras instalaciones en Zamundio no parará nuestra rotativa ni mucho menos pondrá mordaza a nuestra voz, la que habla por boca de cientos de miles de vascos que lo único que anhelan es el fin de ETA", concluyen.

``Los terroristas

no conseguirán silenciar a la prensa´´

La Asociación de Editores de Diarios Españoles (AEDE) difundió ayer un comunicado en el que asegura que "ni la vesania, ni la intolerancia, ni la sinrazón -de los terroristas- conseguirán jamás silenciar la voz de la prensa y de sus editores". La AEDE expresa así su absoluta repulsa y más enérgica condena por el atentado perpetrado contra las instalaciones del diario El Correo, a la vez que traslada su "aliento, apoyo y solidaridad" a todos los profesionales de ese periódico.

Los editores expresan también su "total compromiso con los valores democráticos, con la libertad de expresión y con la sociedad civil, representados por El Correo y por todos y cada uno de sus profesionales".

Igualmente, manifiestan su "convencimiento y certeza" de que "ni la vesania, ni la intolerancia, ni la sinrazón conseguirán jamás silenciar la voz de la prensa y de sus editores, que es también la voz de una sociedad y de todos nosotros".

Los medios de comunicación y los periodistas han estado en el punto de mira de ETA y de la violencia callejera desde 1977, período en el que han matado a cuatro personas relacionadas con el periodismo y enviado explosivos e intentado asesinar a otros. El de Zamudio es el último de una treintena de atentados contra sedes de medios de comunicación u otro tipo de instalaciones.