Bono ha agradecido la colaboración de los grupos y el que se hallan contagiado de algo parecido a la "afabilidad, sencillez, bondad y honradez en el carácter y en el comportamiento", definición que da el diccionario de la bonhomía.

Su manga ancha en la ordenación del debate y gestos como el recuerdo al fallecido diputado del PP Rogelio Baón le han valido reconocimientos como el de Vicente Martínez Pujalte, diputado nada sospechoso de colaboracionista con la Presidencia de la Cámara, pero que al final de la sesión decía a Efe: "el ganador del debate ha sido Bono, que lo ha hecho "de p...".

Entre otros, también la diputada UPyD, Rosa Diez, alababa la "generosidad" y "gran habilidad" de Bono y aseguraba que, como los buenos árbitros, ha dirigido el debate "tan bien, que ni siquiera ha parecido que lo dirigía".

Y es que una vez que estaba cantado que Zapatero no conseguiría los votos suficientes en este primer intento -y además parecía que ni los quería- la atención en esta segunda jornada de la sesión de investidura se ha centrado en aspectos más o menos secundarios como el estreno como portavoz socialista de José Antonio Alonso, o cómo se desenvolvía Bono en la presidencia.

Otra curiosidad fue el debate entre Zapatero y Rosa Díez, con José Bono de árbitro, con lo que sólo faltaba Matilde Fernández para reeditar la imagen de los cuatro candidatos que se jugaron la secretaría general del PSOE, allá por julio del 2000.

Que todos están pendientes de la Presidencia de la Cámara se ha demostrado con las risas que ha suscitado que Bono explicase que el nombre del diputado por el que se empezaría a pasar lista en las votaciones se determinaría por el procedimiento de "insaculación".

Aunque el vocablo está en el diccionario y en el Reglamento y no es ni mucho menos la primera vez que se emplea, la reacción de hemiciclo ha llevado a Bono a explicar: "insaculación, sacar del saco".

Y del saco ha salido la bolita con el número 164, el que corresponde a Gaspar Llamazares. Más risas. A partir de la abstención del diputado de IU, los secretarios de la Mesa han ido llamando uno a uno a todos los parlamentarios que han ido revelando su voto y que, como ya se sabía, han obligado a Zapatero a seguir en funciones otras 48 horas, hasta el viernes a partir de las 12:50 horas.

José Bono ha emplazado a sus señorías para el viernes a mediodía y, si sigue así, quizá al final hasta a los nacionalistas les guste y su manera de hacer en el Congreso merezca que la Academia le quite la "h" al término bonhomía que, después de todo, no deja de ser afrancesado y poco español.