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Elecciones generales Análisis

Una guerra de cifras con medias verdades

Dos de los mejores jóvenes oradores gallegos suspenden a Rajoy y Sánchez por un debate de descalificación que no aclaró nada

Una guerra de cifras con medias verdades

¿Y qué opinan del debate los gallegos que mejor debaten? Pues no le gustó. Ni un poquito. Ni los políticos, ni el formato. Es un suspenso sin paliativos. Deben prepararse y volver a presentarse a recuperación en septiembre. La mayor objección: ataques personales y una guerra de cifras de medias verdades y medias mentiras que no condujeron a nada.

"Fue una pelea de barra de bar, no un debate". Es lo primero que suelta el vigués Alberto Escobar, subcampeón del mundo de debate en español, miembro del Club Debate Compostela y Premio Nacional de Bachillerato en 2013, cuando se le pregunta si vio el debate de Rajoy y Sánchez. Este estudiante de 21 años en la Facultad de Derecho en la Universidad de Santiago, que fue uno de los 9,7 millones de españoles que el lunes por la noche se plantó ante el televisor, no tiene dudas: "Los grandes ganadores fueron los ausentes Albert Rivera y Pablo Iglesias porque el debate del lunes fue el debate de la vieja política que demostró que el bipartidismo vive ensimismado en sí mismo".

"Rajoy mintió cuando aseguró que no se recortó la prestación del desempleo, Sanchéz confundió la contundencia con el insulto y el moderador no supo controlar el debate", sentencia.

Jonathan Domínguez, campeón de la Liga de Debate de la Universidade de Vigo en 2013 y estudiante del Máster en Xestión do Desenvolvemento Sostible, también lo tiene claro: "El debate, demasiado encorsetado y anacrónico, lo perdieron los dos". "Sánchez fue demasiado agresivo, incluso mal educado, y Rajoy en respuesta a los ataques del rival parecía coitadiño e incluso asoballado por el candidato socialista. Lo llevaba poco preparado y no supo reconducir el debate, cuando Sánchez apostó por el tono bronco y el ataque con la corrupción".

Jonathan Domínguez considera que el candidato socialista marcó el tono y el contenido del debate, pero "no fue capaz de detener la fuga de votos a Podemos y fue demasiado vehemente" para su electorado más tradicional. Rajoy, por su parte, "no fue capaz de imponer que el debate girase en torno a la gestión económica, que es donde podía apuntarse algún tanto".

Domínguez lamenta el cruce de datos que se intercambiaron Rajoy y Sánchez y que solo confundía al espectadore. Las cifras son objetivas, pero se pueden retorcer, y sin citar fuentes ni periodos ni años, pueden parecer lo que no son. Datos que son medias verdades o medias mentiras plagaron las intervenciones de los dos políticos, según Domínguez.

Escobar comenta que Sánchez perdió el debate cuando, en su opinión, se pasó de frenada y acusó a Rajoy de "decente", pero en la forma ganó "de calle" al líder popular: "Tiene mejor tono de voz, mejor postura, manejaba mejor los papeles, usó gráficos". En cambio, Rajoy renunció a las tablas y sus apuntes eran folios arrancados de una carpeta. "El candidato del PP tiene un problema de telegenia. soporta mal los primeros planos por sus tics, es un buen orador en el Congreso, pero no en un plató de televisión", razona Escobar apunta otro tanto a Sánchez: "No dejó a Rajoy explotar la gestión económica, que es lo que quería destacar el político popular. Ahí entraron en una guerra de cifras, en que confundieron a la gente, que no sabe quien decía la verdad porque ni siquiera ofrecían las fuentes".

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