El PP gana las elecciones en Vigo pero no tiene muchos motivos para sacar pecho. La formación liderada por Alberto Núñez Feijóo, con 51.065 papeletas, araña algo más de un millar respecto a las anteriores autonómicas y apenas aumenta el porcentaje de apoyos (34,43% del total frente a 34,24), mientras en las demás urbes gallegas su crecimiento es de al menos dos puntos y en todas está por encima del 42%, llegando al 46% en Santiago de Compostela y Lugo.

Por la izquierda En Marea se erige en segunda fuerza con una holgada ventaja de 7.567 sufragios al PSOE. La coalición encabezada por Luis Villares obtiene 41.062 votos (el 27,68%) mientras que los socialistas se quedan con 33.495, un discreto 22,6% que les resta dos puntos respecto a las autonómicas de 2012. El BNG, por su parte, sigue una caída libre que parece no tener fin y se sitúa por debajo de los 10.000 sufragios: 9.503 (el 6,41%) frente a los 14.148 (9,69%) de hace cuatro años.

Con una participación del 63,1%, prácticamente igual a la de 2012, Feijóo se queda en Vigo muy lejos del resultado que obtuvo en su primer mandato, cuando alcanzó los 66.949 votos, lo que evidencia el desgaste que ha sufrido en la ciudad. Hace siete años superó el 41%, y mientras en las demás urbes ha ganado apoyo en este tiempo, en Vigo ha perdido siete puntos y no levanta el vuelo.

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El Área Metropolitana, impulsada en alianza con los alcaldes tras años de bloqueo; y el proceso para crear la Ciudad de la Justicia en el Pirulí no han servido para insuflar apoyos a los populares, penalizados por los problemas del Hospital Álvaro Cunqueiro a pesar de la enorme inversión destinada al complejo sanitario.

Aún así son holgadamente la primera fuerza, con 6,7 puntos sobre la segunda, que pasa a ocupar En Marea. La formación liderada por Luis Villares se coloca como la principal referencia de izquierdas a costa de los socialistas. Un sorpasso en toda regla que sigue la línea de las dos últimas elecciones generales, en las que ya estuvo por delante del PSOE e incluso llegó a ser primera fuerza el 20-D.

Además, Vigo se convierte en su principal feudo, con un respaldo muy superior al que recibe en A Coruña (24%), Ferrol (23%) y Santiago (20%).

El PSOE ha cosechado 2.300 apoyos menos que en las anteriores autonómicas. El candidato, Xoaquín Fernández Leiceaga, tenía una difícil asignatura tras cambiar la lista aprobada por el partido en la ciudad y en la provincia, e incluir como número cinco al sobrino del alcalde, Gonzalo Caballero, uno de los principales críticos con la gestión municipal del regidor.

La agrupación local del PSOE apenas ha hecho campaña, pero la bajada de Leiceaga ha sido similar a la de otras ciudades gallegas, con lo que no ha pagado un precio especialmente alto por su desafío. En Vigo le dio su apoyo el 22,6% del electorado que acudió a los colegios, mientras que en A Coruña se queda en el 17,7% y prácticamente pierde el mismo porcentaje que en la ciudad olívica y que en Pontevedra, donde baja al 16,9%.

Con todo, el PSOE ha dejado de ser el referente de la mayoría de votantes de izquierda, que se han ido masivamente estos comicios a En Marea. Los socialistas recibieron en las primeras elecciones de Feijóo 52.261 votos, casi 20.000 más que ayer.

El Bloque, por su parte, vuelve a descalabrarse. En el camino desde 2009 ha perdido 18.400 votos, una fuga que ha tenido a AGE en 2012, y a En Marea ayer, como destinatarias. Pierde 3,25 puntos, mientras que en el conjunto de Galicia su caída es de 1,75. Ciudadanos se coloca como quinta fuerza en Vigo con 7.113 sufragios, el 4,8% del total, y le sigue PACMA con 2.365 (1,59%).