L innegable visión de futuro de los hermanos Fernández López dio lugar a partir de los años 30 de una serie de proyectos que marcaron, en diferentes sectores, la economía gallega. José y Antonio tuvieron que coger muy jóvenes, 27 y 25 años respectivamente, las riendas de los negocios de su padre Antonio Fernández Fernández, conocido por Antón de Marcos, que falleció en accidente de circulación en 1931 cuando sólo contaba con 55 años de edad.

El negocio paterno de exportación de ganado dio paso a la exportación de la carne despiezada. Para ello, los hermanos Fernández López alquilaron dos mataderos, uno en Mérida y otro en Porriño, que daría lugar a Industrias Frigoríficas del Louro (Frigolouro) y a la presencia de la familia en este valle en el que adquirieron importantes superficies de terreno donde fueron instalando con el tiempo sus nuevas empresas. Una de ellas, de las primeras, fue Zeltia que con el paso del tiempo dio lugar a varias sociedades como ya se ha explicado.

La segregación de las actividades de los Laboratorios Miguel Servet de Vigo, actualmente Instituto Municipal de Educación, en las cercanías de la plaza de la Industria, dio lugar a la creación de Zeltia en Porriño en 1939.

Esta empresa contó con los mejores profesionales del momento e incorporaba un comité científico formado por nueve catedráticos de las facultades de Ciencias, Farmacia y Medicina de la Universidad de Santiago.

En la planta se aprovechaban órganos de los animales sacrificados en los mataderos de la familia para obtener diversos productos como extractos hepáticos o páncreas de los que se obtenía insulina. El cornejuelo del centeno, del que se obtenía alcaloides, lanzó a la firma en los mercados mundiales.

En 1945, el doctor Calvet logró sintetizar el DDT con el que se da paso a la fabricación de insecticidas que genera una nueva área dentro de la empresa. Entre otros destacados científicos también trabajó en los primeros tiempos de Zeltia el doctor Ramón Obella, viejo galleguista e íntimo amigo de los arquitectos Antonio Palacios y Manuel Gómez Román.

A partir de los años sesenta, las alianzas con firmas británicas posicionan cada vez más a Zeltia en el mercado de la bio-farmacéutica, aunque el origen siempre se mantuvo en Porriño.

Acuerdos internacionales, intercambios accionariasles, ventas y nuevas sociedades se suceden a lo largo de los años. De aquel origen quedan hoy tres cabeceras: Cooper Zeltia, presidida por Pedro Fernández Puentes, hijo de Antonio Fernández López; Zeltia, empresa cotizada en Bolsa y que tiene varias filiales. Está presidida por José María Fernández Sousa Faro, hijo de José Fernández López y hermano de Manuel, presidente del Grupo Pescanova. A su vez Pedro Fernández Puentes es vicepresidente de Zeltia; y AstraZéneca que en la actualidad pertenece a un grupo anglo-sueco.

La visión emprendedora de los hermanos Fernández López no ha sido todavía reconocida en su justa medida por la sociedad gallega. Pero su herencia sigue todavía en marcha en manos de sus herederos que la han fortalecido y expandido por todo el mundo.