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El crédito vuelve a desplomarse en Galicia y ya está en el nivel más bajo desde 2005

-La comunidad acumula una caída anual de casi el 10%, el mayor descenso en el país -En el tercer trimestre de 2017 la reducción llegó a los 12,4 millones de euros al día

Van ya unos cuantos años en los que el sector financiero aventura insistentemente que el crecimiento neto del crédito está a la vuelta de la esquina. Que no queda nada para que las nuevas operaciones superen a las amortizaciones. Pero no es así. Cada vez que el Banco de España actualiza los datos, el volumen de préstamos en vigor marca un nuevo mínimo que invita a pensar que el famoso proceso de desapalancamiento que los expertos fijaron como condición indispensable para espantar la alargada sombra de la crisis sigue sin ver el fin. Eso y que el grifo sigue medio cerrado, sea porque las entidades miran con lupa las condiciones de los clientes o porque todavía no existe una demanda suficiente y solvente que mueva el mercado. Galicia fue desde el inicio de la reestructuración del sistema bancario un territorio muy afectado por la sequía en la financiación ante el varapalo de la fusión de las dos cajas de ahorros y el salto del Pastor al paraguas del Popular, ahora propiedad del Santander. El crédito no paró de bajar y así se mantiene. Entre el segundo y el tercer trimestre del pasado año los préstamos en la comunidad se redujeron cerca de otro 3% y rozan un descenso del 10% en el último año, lo que deja a Galicia como la región con mayor caída.

Al cierre de septiembre el total del crédito en Galicia sumaba 40.300 millones de euros, la menor cantidad de los últimos 12 años, desde 2005. Respecto a junio, el descenso es del 2,7%. Sobre el mismo mes de 2016 está un 9,8% por debajo del importen de entonces, según las últimas estadísticas del supervisor español.

Las administraciones reúnen 2.112 millones en préstamos con el sector financiero tras un descenso trimestral del 15,5% y del 16,8% anual. Una evolución muy influenciada, sin duda, por el peso que tiene la Xunta y su viraje hacia los mecanismos de financiación del Estado para cubrir sus necesidades de deuda, en lugar de los préstamos convencionales con los bancos. En el caso de las familias y las empresas, con 38.188 millones de euros, la bajada en comparación a junio es del 2% y del 9% frente a septiembre de 2016.

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Solo en los últimos tres meses, la financiación se recortó en 1.143 millones de euros, a una media de 12,4 millones diarios menos. En el último año adelgazó en casi 4.400 millones.

Los préstamos en el conjunto del Estado retrocedieron un 1,4% respecto al segundo trimestre y un 3,1% anual. Ambas caídas, por tanto, muy inferiores a las registradas en Galicia. ¿Cuáles son el resto de comunidades en las que más disminuyó el crédito en los últimos doce meses analizados por el Banco de España? Murcia acumula un descenso del 7,5% y Castilla y León del 6,1%. Castilla-La Mancha, Andalucía, Cantabria y Canarias superan el 4% de recorte. ¿Y las que menos? En Aragón la caída es de únicamente el 0,6%, mientras que Comunidad Valenciana y Cataluña, a pesar de que las caídas que también experimentan en el tercer trimestre, en el cómputo anual presentan saldos positivos, con alzas del 1,8% y del 7,1%, respectivamente.

Pontevedra es la provincia gallega con peores datos en la evolución anual de la financiación. La cuantía asciende a 14.536 euros. Desde septiembre de 2016 bajó en 2.231 millones de euros, un 13,3%. El descenso en A Coruña fue del 9,5%: pasó de 21.138 millones a 19.134. Menores recortes hay en Lugo (el crédito total es de 3.394 millones), un 2,6%; y Ourense (3.237 millones), del 2,2%.

Las hipotecas, la joya de la corona de la financiación bancaria minorista, son un buen ejemplo de lo que está sucediendo en Galicia con el crédito. Entre enero y noviembre se formalizaron 15.463 nuevas operaciones, mientras que las cancelaciones alcanzaron las 18.689.

Los gallegos tienen en depósitos 60.248 millones de euros. Son 150 millones más que en junio. El aumento, del 0,2%, responde a la mayor capacidad para ahorrar del sector público, con una subida del 11,6%, que el privado, en el que los depósitos bajan un 0,3%. Lo mismo ocurre con la comparativa anual, donde el incremento entre las administraciones es del 11,4% y en hogares y empresas los depósitos caen un 1,1%. La caída se nota especialmente en los depósitos a plazo por la falta de rentabilidad con el actual escenario de bajos tipos: en el último año en Galicia se desplomaron un 24,5%.

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