Tiene 28 años, es de Boiro y lleva las riendas del desarrollo del negocio del gigante Google en España y Portugal. Ahí es nada. "No me siento un ejemplo, si acaso de trabajo y de fijación de objetivos", asegura Adolfo Fernández, curtido en la disciplina durante su década de futbolista en la cantera del Pontevedra, el Compostela y el Deportivo; y apasionado -un adjetivo que probablemente se queda corto- de la tecnología y el marketing. Ayer fue uno de los directivos gallegos que surcan el mundo encargados de la presentación del proyecto "Galicia Global" con el que la Asociación Española de Directivos (AED) quiere tejer una red de líderes internacionales y locales que impulsen la labor ejecutiva, las empresas gallegas y el talento de los jóvenes. "Soy un creyente acérrimo de la globalización -apunta Fernández- y los gallego tenemos mucho que decir".
-De camino me encontré a un conocido. Tiene una enfermedad degenerativa. El médico le contó tan poco cuando le dio el diagnóstico que tras salir de la consulta se fue a Google a ver qué futuro le esperaba. Se me ocurren pocos ejemplos tan contundentes del cambio en la vida por internet y Google.
-Google se ha convertido en nuestro doctor, abogado, nuestro mejor amigo... Nacimos para poner a disposición del usuario toda la información recogida alrededor del mundo. Hoy estaba en casa con unos niños de mi familia jugando a Star Wars con la nueva plataforma de realidad aumentada que tenemos. Algo tan banal como contentar a un niño está revolucionando sectores tan importantes como el médico, donde se juega con realidad aumentada para simular operaciones y disminuir el riesgo en quirófano. Las nuevas tecnologías han cambiado la manera de hacer absolutamente todo e irán a más.
-Una plataforma para jugar, asesor médico, agencia de viajes, una inmobiliaria... ¿Qué no es Google?
-¿Qué no es? Posiblemente una de las preguntas más difíciles que me han hecho en los últimos tiempos.
-A lo mejor lo es todo. ¿Lo es?
-Todo no. Hay empresas que lo están haciendo soberanamente bien en otros ámbitos, como Facebook o Amazon. Nos queda mucho camino por recorrer todavía, pero el trabajo es excelente y los modelos que hemos ido creando en los últimos años nos permiten invertir para avanzar en los productos del futuro.
-Lo que está claro es que ya no es solo un servicio de democratización de la información.
-Totalmente.
-Es información que se analiza y se aprovecha.
-Nuestro core principal, además de las soluciones para los usuarios, es trabajar con las empresas para identificar mercados potenciales, su público objetivo y, sobre todo, cómo llegar a ellos.
-Quizás mucha gente desconoce la poderosa herramienta que tienen para la internacionalización de las empresas, Market Finder.
-Es un game changer y un ejemplo de lo que preguntabas antes sobre aprovechar la información. Hemos sido capaces de ir más allá, no centrarnos solo en la parte de comercialización y entender las barreras para las empresas, que pueden ser logísticas, legales o de traducción, y dar información relevante para tomar decisiones mucho más eficientes. En base al producto que vendes, la plataforma aporta una lista reducida de mercados potenciales y te enseña como puedes entrar y llegar a tu público objetivo en cada uno de ellos.
-Le he escuchado hablar de una lección que le dio el hijo pequeño de un amigo sobre el miedo. Que tiene más que ver con la incertidumbre que con el cambio. ¿A un pequeño empresario gallego no le puede dar miedo saltar a otro país?
-Si a un empresario gallego le dices que China es una oportunidad excelente para él, seguro que toma la decisión de ir pensando en su empresa y sus empleados. No le asusta el cambio, es la incertidumbre. Ese es uno de los motivos principales por los que los empresarios gallegos y del resto de España empiezan a exportar a Latinoamérica: una de las barreras principales, que es la lengua, disminuye. Muchas veces esto tiende a fracasar porque se centran en algo muy importante, pero que al final resulta banal.
-¿O porque no todas las pymes tienen que internacionalizarse?
-En un mundo tan globalizado es difícil no hacerlo. Piensa que el 87% de los consumidores hacen ya compras a nivel internacional.
-Hablando de globalización, ¿se puede poner la marca "gallego" a un directivo?
-Sin duda.
-¿Por qué?
-Mi bisabuelo nació en Argentina, vino a España y volvió a Argentina. Hay un gallego en la luna. No me cabe la menor duda. Bueno, no sé si en la luna, por lo visto todavía no lo han encontrado, pero ahora queremos ir a Marte y no me extrañaría que allí sí. Hemos sido los capitanes de la exportación de talento y mano de obra a todas las partes del mundo. Los que hoy nos reunimos aquí tenemos la potestad de seguir haciendo cosas por esta tierra. El otro día, en un acto también de la AED, me preguntaban cómo retornar capital humano gallego. Podemos hacer mucho por Galicia desde fuera. Soy creyente acérrimo de la globalización y los gallegos tenemos mucho que decir.
-Para que ese talento vuelva es fundamental hacer una Galicia que brille. ¿Se ve así desde fuera, más allá de fenómenos como Inditex?
-Hablando de tecnología, que es lo que más conozco, hay que sentar las bases para equipararnos al resto del país y la UE. Para que Galicia sea una zona brillante todo pasa por su digitalización y eso requiere mejorar nuestras infraestructuras sin ninguna duda.
-Podría ser todo lo que un joven aspira a ser de mayor. Trabajar en un gigante mundial con tan solo 28 años. ¿Se siente ejemplo?
-No me siento ejemplo, si acaso de trabajo y fijación de objetivos. Para llegar a algo, a lo que tú quieras, tanto en el aspecto laboral como el personal, hay que tener disciplina y objetivos. Todo el mundo necesita estar enamorado de algo. Yo lo estuve 10 años del fútbol y me trajo objetivos espectaculares. Y ahora estoy enamorado de lo que hago, de la tecnología y de a donde va este mundo. El impacto que, como empresa, estamos teniendo en la sociedad, hace que me levante todos los días y diga: "Estoy poniendo mi granito de arena".
-¿Dónde quedó el fútbol?
-En una pasión. Hoy mismo me reía leyendo la prensa. Algunos de los que están en O Noso Derbi jugaron conmigo en aquella época. Posiblemente algunos de mis aprendizajes más grandes en management fueron en los diez años de futbolista. Parece difícil encontrarle el vínculo, pero lo hay.
