La economía gallega atraviesa una paradoja. Crece a un ritmo igual e incluso superior al del resto de España en los últimos años, pero con una menor generación de nuevos empleos por los efectos del envejecimiento poblacional. ¿Cómo es posible que se dé esta situación? Por el aumento de la productividad de uno de los pulmones de la actividad económica en Galicia: el sector manufacturero.
Según las últimas estadísticas, relativas al tercer trimestre del año, la producción en Galicia (el Producto Interior Bruto) crece en línea con la media estatal -un 3,1% en los últimos doce meses-. Sin embargo, el empleo lo hace un 2%, por debajo del 2,9% que protagoniza el resto de España. Esta diferencia entre lo producido y la mano de obra que se ha necesitado incorporar para ello es la productividad, que en Galicia se aúpa un 1,1% en el último año.
La apertura de la comunidad gallega hacia el mercado exterior y la pujanza del sector industrial redoblan los esfuerzos de la comunidad por mejorar en este apartado, en el que crece a un ritmo casi cuatro veces mayor que España. "La clave está en que Galicia vende productos elaborados, que están sometidos a una alta competencia frente a otros países, y no queda otra opción más que elevar la productividad para superar a los países vecinos", explica el economista Vicente Martín.
Haz click para ampliar el gráfico
El experto contrapone la necesidad que tiene Galicia por elevar la productividad con los escasos estímulos de otras comunidades. "A diferencia de Galicia, en donde el crecimiento viene, fundamentalmente, por el sector industrial y por el exterior, otras autonomías como, por ejemplo, Baleares ofrecen servicios que no se encuentran sometidos a competencia y, por tanto, el estímulo es menor", resalta Martín. La razón se encuentra en que las condiciones climáticas y geográficas del archipiélago no son replicables en otras latitudes. Así, para elevar la producción se necesita más mano de obra adicional que en otras comunidades. El elevado peso del sector turístico provoca que la productividad crezca un 0,3% en el conjunto del Estado.
Un 40% más desde el 2000
El proceso de convergencia de la economía gallega con la media estatal se está acelerando en los últimos ejercicios. Tanto es así que, de los últimos 17 años, en 14 se registró un mayor crecimiento de la productividad en Galicia que en el conjunto de España.
De hecho, la comunidad gallega es ahora capaz de producir un 39,4% más de lo que era capaz de hacer con la misma carga de trabajo hace 17 años. En el resto del Estado, por el contrario, los avances de la productividad son de algo menos de la mitad: un 16,9%. Buena parte de este repunte en la comunidad gallega descansa sobre el avance del sector manufacturero. En apenas 17 años ve incrementada su productividad en un 55,5%, aunque su mejoría queda eclipsada por el sector primario, que ahora es capaz de producir el doble que en el año 2000 con la misma carga de trabajo.
Además de crecer más en productividad que el resto de España, Galicia también solventa la que hasta ahora era una de sus asignaturas pendientes. Históricamente, las mayores ganancias de productividad afloraban en los momentos en los que se atravesaban mayores dificultades económicas.
Así, en el año 2012, cuando el PIB caía más de un 3% y España se abocaba al rescate bancario, la productividad repuntaba a niveles cercanos el 3%, para luego, con la recuperación, atenuar su ritmo de crecimiento hasta tasas cercanas al 1% anual.
Según los expertos, esta tendencia se explica porque las empresas menos eficientes son precisamente las primeras en verse abocadas al cierre cuando empeora la situación económica, pasando a ser sustituidas por otras más productivas. Es el denominado proceso de "destrucción creativa", como lo bautizó el economista Joseph A. Schumpeter.
La tendencia de Galicia contrasta con la que se registra en el resto del territorio español. Desde que la economía retomase la senda del crecimiento en el año 2014, desde entonces la productividad no ha logrado crecer por encima del 0,6% anual por el mayor repunte de las actividades relacionadas con la hostelería, que se ha visto impulsada por los récord de afluencia de turistas.
