Galicia cerró el pasado mes de octubre con 185.903 parados. Son 1.846 más que en septiembre, aunque el número cae un 6,5% con respecto al mismo mes de 2016. Poco a poco, muy por debajo de la velocidad a la que se recupera la actividad, el mercado laboral regional se aleja de los números de vértigo que llegó a alcanzar durante la crisis, cuando los desempleados en la comunidad rozaron los 300.000. Fuera de estas cifras está otro importante grupo de personas que buscan un puesto en Galicia, están apuntados en los servicios públicos, pero no computan en la medición del paro. Superan los 56.500, según el último balance oficial, de los que casi 20.000 están ocupados y necesitan una alternativa para mejorar sus condiciones y ganar estabilidad.
En este caso, la reducción en los últimos años, tras la salida de la doble recesión, no es tan abultada. De hecho, desde 2012 el colectivo no dejó de moverse alrededor de los 21.000. Un claro síntoma de la importante precariedad que acompaña a la contratación en este nuevo ciclo de la economía. Siete de cada diez trabajadores gallegos que están en esta situación son mujeres (13.018), así que también es un ejemplo de la desigualdad de géneros en el mercado laboral.
A ellos se suman otros 6.500 parados no oficiales que tienen algún tipo de relación laboral y que igualmente demandan una oportunidad o, incluso, como reconoce la administración, pluriemplearse para completar sus ingresos actuales. Respecto a octubre del pasado ejercicio, el descenso es del 16%.
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Uno de los incrementos más notables se da entre la población registrada en los servicios públicos de empleo con disponibilidad limitada para ocuparse. Desde personas que tienen hijos o mayores a su cargo, a estudiantes o solicitantes que pueden trabajar únicamente una parte del año o en jornadas inferiores a las 20 horas semanas. Alcanzan los 16.700, un 19% por encima de los que había en septiembre y la cantidad más alta de los últimos 15 meses.
Hay 788 a la espera de empleos específicos y 13.127 -una cantidad que no ha dejado de aumentar en los últimos años- con otro tipo de perfiles, como los desempleados convencionales que están haciendo cursos formativos y que tampoco cuentan en la medición oficial del paro.
En lo que va de año, Galicia acumula cerca de 388.000 bajas en demandas de empleo. Parecen muchas, pero hay que tener en cuenta que muchas están relacionadas con vacantes temporales. Por eso también los contratos firmados en la comunidad entre enero y octubre -incluidas las prórrogas y las conversiones en indefinidos- rondan los 962.000.
Del total de bajadas en las solicitudes de empleo, el 64% (247.400) fue por una colocación. Tan solo 8.000 tenían una oferta previa. El resto, más de 100.000, fueron no renovaciones del paro, tanto por voluntad propia del desempleado, como por orden de la administración por rechazar sucesivamente ofertas laborales o no cumplir con los plazos marcados en la renovación.
Menos de una semana
El 26,1% de los más de dos millones de contratos realizados en octubre en España (531.613), es decir, algo más de uno de cada cuatro del total de contratos efectuados en dicho mes, tenía una duración igual o inferior a la semana, según los datos del Servicio Público de Empleo Estatal recogidos por Europa Press. Otros 79.243 contratos (el 3,9%) presentaban una duración de entre una semana y 15 días, mientras que 129.344 (6,3%) tenían una duración de entre 15 días y un mes.
El 36,4% de los contratos inscritos en los servicios públicos de empleo durante el mes de octubre tenía una duración igual o inferior a un mes. En total, en octubre se registraron 740.200 contratos de un mes de duración o inferior al mes.
