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Los efectos de la falta de agua y viento en el sistema eléctrico se agravan

Galicia dispara un 124% la compra de carbón y un 800% de gas para energía por la sequía

La hidroeléctrica sigue cayendo: un 73% -Gas Natural Fenosa y Endesa confirman el pleno rendimiento de térmicas y ciclos combinados -La comunidad toca mínimos en renovables

Simón Espinosa

¿Ha llegado la hora de echar el cierre a las centrales térmicas? Tras el anuncio de Iberdrola de que lo hará en 2020 con las dos que le quedan en España y la insistente advertencia de Álvaro Nadal, ministro de Energía, de un posible encarecimiento del 15% en el recibo de la luz con el fin del carbón, la reapertura del debate irrumpe en un momento de enorme dependencia para contrarrestar los también tremendos efectos de la sequía en la generación de electricidad. En lo que va de año, las térmicas aportaron casi el 17% de toda la electricidad y elevaron un 28% las emisiones de gases de efecto invernadero. El salto en Galicia es todavía mayor: alcanzan el 40,5% de la producción, con un incremento anual del 57% que ha obligado a disparar la compra de carbón.

La factura energética absorbe cerca de 15 de cada 100 euros de las importaciones de Galicia hasta agosto, según el último balance de la Secretaría de Estado de Comercio. El desembolso en carbón supera los 215 millones, un 124,5% más que en el mismo periodo del pasado ejercicio; y unos 125 millones en gas, que registra un incremento de vértigo: 802%.

La evolución del comercio de productos energéticos es un calco del comportamiento de la generación eléctrica en la comunidad. Las térmicas recuperan el trono de la producción. Entre enero y julio, como recogen las estadísticas que acaba de actualizar Red Eléctrica de España (REE), suman 6.300 gigawatios/hora (GWh). A continuación está la eólica, que sufre un descenso del 15% -los periodos de sequía suelen venir acompañados de baja intensidad del viento-, hasta los 4.200 GWh (27,2%). La hidráulica se desploma un 73% y se queda con solo el 14,4% del total (2.227 GWh). La cogeneración se mantiene estable y representa el 10%; mientras que los ciclos combinados (emplean gas para mover turbinas con vapor) aumentan su actividad un 923%. Tanto en este caso como en el de las centrales de carbón son los niveles de operatividad más elevados de, al menos, los últimos cinco años.

Los datos del parque de generación de Gas Natural Fenosa, la principal eléctrica de Galicia, confirman la dureza del impacto de la sequía en el sistema. Sus 17 grandes centrales hidroeléctricas alcanzaron en 2016 una producción de 3.356 GWh. Este año, hasta septiembre, únicamente fueron 688, según el balance suministrado por la compañía a FARO. En minihidráulica el año pasado se alcanzaron los 534 GWh, frente a los 299 de los tres primeros trimestres del actual 2017. La térmica de Meirama, en cambio, lleva hasta octubre 1.575 GWh y todo apunta a que saltará de los 2.311 GWh del conjunto de 2016. Ya lo ha hecho el ciclo combinado de Sabón, con 34 GWh más (223,71) que en el global del año pasado.

Endesa mantiene igualmente "en plena operación" tres de los cuatro grupos -uno está a punto de reabrirse tras tareas de mantenimiento- de la térmica de As Pontes y sus ciclos combinados, con 850 megavatios (MW) de potencia.

La participación del carbón y el gas han ido aumentando su presencia en la cesta energética gallega a medida que avanza el año y se agrava la falta de agua. De hecho, la comunidad, una de las que cuenta mayor potencia instalada en renovables, registro mínimos históricos de electricidad verde en junio y julio, con el 25% y el 23,6% del total de producción, respectivamente.

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