A los consumidores norteamericanos de productos pesqueros les han dado un susto tremendo: los salmones que compraban en Walmart y Aldi, dos de las mayores cadenas de supermercados del país, estaban ayudando a financiar el delirio bélico de Kim Jong-un. La razón, que los trabajadores de las empresas chinas que transformaban el pescado son norcoreanos, que están obligados a ceder al régimen el 70% de sus ingresos. Una explicación enrevesada fruto de una investigación de Associated Press y que ha tenido una enorme cobertura mediática en EE UU.

El artículo, del que se han hecho eco desde Washington Post a The Sun, explica cómo Corea del Norte envía al extranjero a miles de operarios, gracias a los que ingresa hast 500 millones de dólares al año por sus diezmos. Hunchun Dongyang Seafood Industry, Yantai Dachen Hunchun Seafood Products y Yanbian Shenghai Industry & Trade Co. Ltd. son las señaladas, por la misma investigación, por sufragar con salmones una bomba atómica.