CaixaBank ha obtenido en el primer trimestre del año un beneficio neto de 403 millones de euros, un 48% más que en el mismo período de 2016, tras la integración del Banco Portugués de Inversiones (BPI) en febrero.

De este resultado, 353 millones corresponden a la actividad de CaixaBank, cifra que supone casi un 30% más que en el ejercicio anterior, mientras que 50 millones los ha aportado BPI. La incorporación del banco portugués ha impulsado el crecimiento del margen de intereses de CaixaBank, que se ha situado a cierre del trimestre en 1.153 millones, un 13% más, en tanto que los ingresos por comisiones han crecido un 20,3%, hasta 588 millones.

Por contra, el margen bruto se ha reducido un 1,5%, situándose en 1.893 millones, y el de explotación ha caído un 13,8%, hasta 792 millones, debido principalmente a la menor generación de ingresos derivados de activos financieros y a la cartera de participadas, que contempla la venta del 2% del capital de BPI en BFA.

Su consejero delegado, Gonzalo Gortázar, aseguró ayer que la entidad está "absolutamente centrada" en la reciente integración del banco portugués BPI y que descarta, por tanto, acometer nuevas compras, en alusión a la filial de banca minorista del Deutsche Bank o al Banco Popular. Gortázar recordó que CaixaBank "se juega mucho" con BPI.