Las políticas proteccionistas que predica el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ganan adeptos en Europa. La líder del partido ultraderechista francés Frente Nacional, Marine Le Pen, reconoció ayer que tratará de repatriar la producción de coches y otros bienes industriales siguiendo el ejemplo de Trump, que ya ha logrado multimillonarias concesiones de Ford, Fiat Chrysler (FCA) y Toyota tras sus amenazas de subir los aranceles a la importación de vehículos de México. Le Pen, que tiene serias opciones de llegar al Elíseo según algunos sondeos, defiende el "patriotismo económico" y el "proteccionismo inteligente" de la estrategia de Trump y aspira a replicarlos en Francia, cuyos dos grandes fabricantes de coches, Grupo PSA y Renault, suman seis fábricas en la península Ibérica y son los mayores clientes de la automoción gallega.

Le Pen aseguró en una entrevista en el canal de televisión France 2 que lleva "años" reclamando la puesta en marcha de políticas como las anunciadas por Trump, como avanzó FARO ayer en su edición digital. "No me importa explicarles a las empresas francesas que no pueden evadir el pago de impuestos que deberían estar abonando en Francia, que no pueden deslocalizarse sin sufrir las consecuencias... Hay que elegir, es una elección de patriotismo", afirmó rotunda la ultraderechista francesa. Pero Le Pen no es la única candidata a las elecciones galas que defiende la filosofía de Trump. El socialista Arnaud Montebourg y el candidato independiente de izquierda Jean-Luc Mélenchon también ha elogiado la actitud del presidente electo norteamericano. Las elecciones francesas se realizarán en primera vuelta el 23 de abril y, si fuera necesario, en segunda el 7 de mayo.

El programa proteccionista y antiglobalización de Le Pen le ha ayudado a ganar un amplio apoyo a su campaña electoral. La mayoría de los sondeos de opinión apuntan a que competirá, aunque perderá, en la segunda y última ronda de las presidenciales de mayo con el candidato del partido conservador Los Republicanos, François Fillon. No obstante, fuentes del sector del automóvil no ocultan su preocupación por los resultados de estos y otros comicios en Europa. "También se decía de Trump, que iba a perder, y ahí lo tienes", reconocen. En el caso de Francia hay que recordar que el Estado es uno de los accionistas de referencia tanto de Renault como de PSA. En Renault su participación ronda el 20%, y en PSA, el 14%, igualado con el grupo chino Dongfeng Motors Co. (DFN).

Ambos grupos cuentan con seis fábricas en la Península y más de 15.000 trabajadores directos. PSA es la cabeza tractora de la industria del automóvil en Galicia y el norte de Portugal, con fábricas en Vigo y Mangualde, y posee la mayor fábrica de coches de Madrid, Villaverde. Renault, por su parte, cuenta con dos fábricas en Castilla y León, en Villamuriel de Cerrato (Palencia) y Valladolid, de coches y motores, y una tercera en Sevilla, de cajas de cambios. Las dos compañías, a su vez, arrastran a un importante número de proveedores de capital francés que suministran a sus fábricas y a otras factorías instaladas en territorio nacional, como son Faurecia, Plastic Omnium, Snop, Trèves o MGI Coutier, entre muchas otras.

Pese a que el contexto francés no es comparable al de EE UU y México, la presión del Elíseo, como accionista de referencia tanto de PSA como Renault, podría incidir en el reparto de proyectos entre las plantas galas y las expatriadas en España, Europa del Este, Turquía o el norte de África, por encima de los criterios económicos que se imponen ahora. Las plantas españolas de Renault acaban de renovar sus productos, como los nuevos Mégane, Kadjar y motorizaciones diésel y gasolina y cajas de cambio, y las de PSA tienen lanzamientos programados en 2017 (Madrid), 2018 (Vigo y Mangualde) y 2020 (Vigo).

El último fabricante en sucumbir al efecto Trump ha sido Toyota, que invertirá 10.000 millones de dólares (9.523 millones de euros al cambio actual) en sus operaciones en el país en los próximos cinco años, según anunció ayer el presidente de la compañía, Akio Toyoda, en el marco del Salón Internacional de Detroit. El grupo japonés mantendrá pese a todo la construcción de su fábrica de Guanajuato (México), que prevé producir a partir de 2019 hasta 200.000 unidades al año del modelo Corolla. Esta apertura no afectará a sus operaciones en EE UU, ya que Guanajuato relevará en la producción del Corolla a la de Canadá, que asumirá otro nuevo coche.