Pemex se queda en Barreras, pero sin comprometer más carga de trabajo. El director general de Petróleos Mexicanos (Pemex), José Antonio González Anaya, reafirmó ayer la "vocación de permanencia" del gigante azteca de los hidrocarburos en el astillero vigués, un "activo" con el que la compañía mexicana está "satisfecha", pero alejó cualquier opción de encargar barcos para uso interno mientras dure la crisis de precios que afecta a la industria mundial del crudo, incluido el segundo flotel anunciado para Barreras tras la botadura del Reforma Pemex, en septiembre de 2015. El patrón de Pemex aseguró, pese a esto, que la paraestatal mexicana seguirá "muy pendiente" de la factoría naval viguesa "apoyando siempre a su administración" para conseguir nuevos contratos y que "continúe la actividad".

González Anaya, acompañado por otros directivos de la petrolera, entre los que se encontraba José Manuel Carrera Panizzo, hombre clave en la entrada de Pemex en Barreras hace ahora tres años, visitó las instalaciones del astillero y el flotel Reforma Pemex, que partirá el sábado rumbo a México para prestar servicios de acomodación al personal que trabaja en los campos petrolíferos offshore en las costas del Estado de Campeche, como avanzó ayer FARO. Anaya declaró estar "encantado" con el barco, "un gran activo que va a mejorar la calidad de vida de muchos trabajadores petroleros mexicanos".

La presencia de González Anaya en Vigo -hoy estará con su equipo en Londres para exponer los detalles de su plan de negocio a los inversores de la City- generó expectación en la plantilla del astillero gallego -y en el sector naval- por las dudas surgidas sobre su continuidad en el proyecto vigués dados los recortes a los que se está sometiendo Pemex para atajar las multimillonarias pérdidas derivadas del derrumbe de los precios del petróleo. "Hay vocación de permanencia, en una compañía petrolera con tantísimos activos siempre hay rumores", afirmó el directivo mexicano, que reconoció que "Pemex tiene el mandato de ser rentable".

No obstante, preguntado sobre la existencia de supuestas ofertas de compra por su participación en Barreras (posee el 51%, por el que pagó 5,1 millones en 2013), el número uno de Pemex ni confirmó ni negó su existencia. "Son cosas y tratos privados que es importante mantenerlos así", zanjó. González Anaya insistió en cambio en que Pemex, como principal accionista, está "muy pendiente" de que Barreras llegue a "buen puerto" y se mantenga "en funcionamiento", pero que le corresponde a la administración del astillero gestionar los contratos y la plantilla. Recalcó su apoyo a la dirección de la factoría, en la que no prevé cambios por el momento, y reconoció que se están negociando varios proyectos, el más destacado, un minicrucero de lujo de 170 metros de eslora.

González Anaya señaló que no se ha tomado ninguna decisión sobre la venta de los dos floteles construidos en Galicia, el Reforma Pemex y el Orgullo Petrolero (que partirá hacia México a principios de año), aunque aseguró que se buscará "la mejor manera de tener el barco". "Los dos floteles son nuestros pero hay muchas figuras financieras", afirmó. El responsable del grupo de hidrocarburos alejó igualmente la posibilidad de construir en Vigo nuevos buques para la propia Pemex, incluido el segundo flotel anunciado para Barreras, gemelo del Reforma Pemex. También ha quedado descartado el proyecto para instalar una base logística de referencia para Europa en Punta Langosteira (A Coruña). "Eso ha quedado aparcado también, ha cambiado mucho la estrategia de suministro y precios entre Europa y Norteamérica", explicó Carrera Panizzo. De igual forma, la construcción de un astillero en México similar a Barreras ha quedado "estacionado" por la crisis del petróleo.