El Gobierno de Mariano Rajoy ha utilizado de forma extraordinaria 64 de cada cien euros que encontró en la hucha de las pensiones al comienzo de su primera legislatura, en diciembre de 2011. Entonces esta cartera contaba con 66.815 millones de euros; hoy le quedan 24.207. Solo en los últimos veinte días la Tesorería General de la Seguridad Social ha dispuesto de 9.700 millones de euros: 8.700 millones el 1 de julio para pagar las pagas extra de los pensionistas, y otros 1.000 millones ayer, en este caso para "liquidar el IRPF de las pensiones". A este ritmo la hucha (fondo de reserva) se quedará sin fondos en dos años ya que, pese a que sí ha habido un incremento de la ocupación, los ingresos siguen muy por debajo de los gastos.

El Ministerio de Empleo recordó que el Sistema abona en este mes y en diciembre la cantidad correspondiente al impuesto sobre la renta al que están sujetas las pensiones que abona la Seguridad Social. Actualmente hay tres millones de pensionistas sujetos a retenciones del IRPF. "Esta circunstancia exige al Sistema un desembolso excepcional que requiere una necesidad adicional de liquidez, razón por la que es preciso realizar una disposición de las reservas", argumentó.

En 2012 se utilizó la hucha de las pensiones por primera vez para hacer frente a gastos extraordinarios, y se ha convertido en algo recurrente. En la primera ocasión se retiraron 7.003 millones, otros 11.648 en 2013, 15.300 en 2014 y 11.500 en 2015. Es probable que el Ejecutivo tenga que volver a echar mano de los ahorros a final de año con las pagas de diciembre, por lo que el fondo de reserva podría quedar por debajo de los 24.000 millones.

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Sin rentabilidad

A esta circunstancia hay que añadir que muchos activos en los que invierte la Seguridad Social para gestionar este dinero están perdiendo rentabilidad. Las inversiones se centran en deuda soberana de países como Alemania que, debido a los bajos tipos y a la gran volatilidad de los mercados, tiene exceso de demanda y ha ofrecido rentabilidad negativa a diez años. Esto es, cobra por su deuda en vez de pagar intereses, como un valor refugio.

Son muchos los expertos que han llamado la atención sobre la necesidad de reformar ampliamente el sistema de pensiones español ante la imposibilidad de hacer frente al incremento de los costes, que en gran medida se deben al envejecimiento de la población. En Galicia, por ejemplo, la nómina de las pensiones en junio rozó los 575 millones de euros, un 17% más que hace cinco años, y pese a que el número de pagas creció por debajo del 4% en el mismo periodo. Esto obedece a que las personas que se han ido jubilando hasta ahora cobran una pensión mucho más elevada -de media- que los que se retiraron hace una década. No obstante, la precarización del mercado laboral ha provocado que, por primera vez, más de la mitad de los trabajadores que se jubilaron en 2015 perciba una paga más baja que los que lo hicieron solo un año antes.