El presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG), Antonio Dieter Moure Areán, ha convocado para esta tarde a su junta directiva para analizar y aprobar el plan de viabilidad que ha de salvar a la organización del concurso de acreedores. El escenario más previsible es que los empresarios den el visto bueno al despido de cinco trabajadores, que tendrá un coste inmediato de unos 150.000 euros, como avanzó FARO, y que es imprescindible para cuadrar las cuentas y que la banca conceda una tercera hipoteca sobre la sede por 1,5 millones de euros. Pero el ourensano deberá lidiar, al margen de este punto, con cuestiones más complejas que harán de la sesión de hoy la más complicada desde su llegada a la presidencia de la CEG.

La convocatoria de la asamblea general es ineludible para aprobar las cuentas de 2014 y 2015 y los presupuestos de 2016. La banca exige también esta ratificación para conceder la liquidez que urge la patronal gallega para evitar la quiebra. Pero para convocar a todos los vocales Dieter Moure tiene que actualizar el censo y para ello tendrá que restar vocales a algunas organizaciones sectoriales, que son las que lo auparon a su actual cargo. Además la ratificación de las cuentas de 2014 y 2015 supondrían dar un espaldarazo a su predecesor, José Manuel Fernández Alvariño. El propio Dieter rechazó su aprobación y declaró, en una entrevista a FARO, que se había bloqueado la ratificación de las cuentas para forzar la salida del empresario vigués.