El presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG), Antonio Dieter Moure, eligió Vigo para protagonizar su primer acto oficial. Pero la ausencia en el acto al que acudió de su homólogo en la patronal de Pontevedra, Jorge Cebreiros, y unas declaraciones que hizo sobre esta organización sentaron muy mal. "Me da la sensación de que el hecho de que esté pendiente de una sentencia judicial da cierta inestabilidad" a la confederación, dijo el ourensano.

En el entorno de la CEG se da por hecho que el rol de Cebreiros en el arranque de la legislatura de Dieter sí se ha visto condicionado por la demora del juzgado en dictar sentencia. "Obviamente estaba pendiente de la decisión porque podría haber obligado a repetir las elecciones", dice un empresario. Cebreiros censuró públicamente aquellas declaraciones del patrón de la CEG, que se disculpó en privado, y la polémica se disipó.

Pero lo que sí ha permanecido es la profunda crisis institucional de las principales entidades de representación de los empresarios de Galicia. La CEG está partida en dos y, si no logra una inyección urgente de liquidez, se verá abocada al concurso; la de Pontevedra acaba de zanjar una polémica pero el mar de fondo continúa y los críticos con Cebreiros parecen dispuestos a recurrir el fallo conocido ayer; en Ourense José Manuel Pérez Canal ha visto cómo un opositor, el propio Dieter, le plantó cara en las elecciones y ganó.