La defensa del expresidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, pidió su absolución en el caso de las tarjetas opacas al entender que se trataba de una práctica establecida por su predecesor en el cargo para "dignificar" la función de los consejeros y compensar sus esfuerzos y dedicación.

En un escrito dirigido al Juzgado Central de Instrucción número 4, la defensa de Blesa alega que éste fue usuario de las tarjetas bajo el régimen establecido por su predecesor, Jaime Terceiro, y los gastos efectuados estaban registrados en la contabilidad de la entidad "sin exigirse jamás justificación de los mismos".

Estos incentivos y otras remuneraciones "no estaban ni mucho menos prohibidos" durante el periodo en el que Blesa presidió la caja, señala el escrito, que añade que no existió perjuicio patrimonial ni para el FROB, ni para Bankia, ni para Caja Madrid, y tampoco la Fundación Caja Madrid, ahora Fundación Monte Madrid, se pronunció como perjudicada.