Entre los accionistas minoritarios de la vieja Pescanova circula ya su mayor temor: que los grandes patrimonios y fondos de inversión amplíen capital en la compañía a corto plazo y su participación quede aún más diluida dentro de Nueva Pescanova. Señalan a Crisgadini -de Diego Fontán y su esposa, la millonaria asturiana Carolina Masaveu-, Iberfomento o los fondos norteamericanos Broadbill Investment Partners y Cartesian Capital Group. Uno de estos inversores asiente: "Se accederá a capital para recomprar deuda y acciones y así empezar a recuperar" la multinacional pesquera, apunta en declaraciones a FARO. Desde la compañía, que tiene el 20% en el holding pesquero, prefieren ser más cautos. "Lo primero es conseguir que vuelva a cotizar, después ya veremos si hay interés en el mercado por ampliar capital", puntualiza un portavoz. Hasta su regreso al parqué, que esperan se produzca en marzo o abril, no se tomará ninguna decisión.
Pero en los fondos consideran que no es necesaria esa respuesta del mercado y aseguran que hay más sociedades de inversión interesadas en entrar en Pescanova SA a través de una ampliación de capital. "Nosotros estamos dispuestos a acudir y responder a los bancos", asegura uno de ellos en relación a la intención -no reconocida oficialmente- del núcleo duro de entidades acreedoras (el G7) de aumentar capital en Nueva Pescanova. Eso sí, "lo preferible", dice la misma fuente, "sería que la banca vendiese su participación", sin elevar capital. El problema es que el holding pesquero ha arrancado con un capital suscrito de algo más de 12 millones de euros, una cantidad que consideran insuficiente en las entidades financieras.
Sobre el momento en que Pescanova SA lance ese posible aumento de capital, desde los fondos de inversión constatan que sería antes del 1 de agosto, ya que hasta esa fecha el G7 no podrá hacer lo mismo en Nueva Pescanova. Como publicó FARO, el consejo de administración modificó los estatutos del holding para impedir que el G7 ejecutase una ampliación a comienzos de año. De ser así, y con la matriz sin cotizar, las posibilidades de la vieja Pescanova de preservar su 20% en la pesquera serían muy complejas y obligaría a Crisgadini, Broadbill, Damm, Iberfomento o Cartesian a desembolsar mucho dinero. Si está en Bolsa, cualquier inversor puede acudir, aún a costa de volver a perjudicar a los minoritarios. "Para es fecha ya deberíamos saber si existe o no ese interés", constatan fuentes oficiales de la compañía respecto a la fecha límite para aprobar el incremento de capital, que deberá contar con el plácet de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Como es un trámite que lleva tiempo, los pequeños accionistas temen que la redacción del folleto ya se haya encargado. Por este motivo, aseguran, Fontán y Masaveu ampliaron capital en Crisgadini hasta los seis millones de euros (tenía 1,4 en julio de 2013) el pasado mes de septiembre.
Si el G7 decidiese ampliar capital en Nueva Pescanova por 150 millones de euros, por ejemplo, la antigua matriz de la multinacional debería aportar 30 millones para mantener su 20% en el holding. A la banca no le haría falta desembolsar todo ese montante ya que podría capitalizar deuda (el pasivo de la compañía todavía supera los 900 millones de euros).
El consejo
Según los estatutos de Nueva Pescanova, la compañía tendrá un consejo de administración de entre tres y doce miembros. El acuerdo al que había llegado la vieja Pescanova con la banca, según fuentes conocedoras de las negociaciones, fue de que uno de los integrantes representara a los antiguos accionistas de la multinacional. Pero los nuevos estatutos del holding establecen un reparto de cargos en función de la participación en la compañía, y por tanto Pescanova SA aspira a tener más de un representante. "Hay que saber cuántos miembros va a tener ese consejo", respondieron desde Pescanova SA a la pregunta de cómo nombrará a su vocal en este órgano gestor.
