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La industria de automoción

Faurecia Asientos urge ajustar costes para competir por futuros modelos de PSA-Vigo

La empresa quiere llegar a un acuerdo de medidas de competitividad antes de marzo. El máximo responsable industrial de la división de asientos del grupo visita la factoría

Vista superior de las instalaciones de Faurecia Asientos de Galicia en el parque de Valladares. // José Lores

Marzo. Ésta es la fecha que la dirección de Faurecia Asientos de Galicia (ADG) se ha marcado para alcanzar un acuerdo de medidas de competitividad que permitan a la factoría de asientos de Valadares optar con garantías a nuevos proyectos, con la vista puesta en el próximo modelo al que aspira el centro de Vigo de PSA Peugeot Citroën, según indicaron fuentes del sector. La adjudicación el pasado septiembre -y contra todo pronóstico- del rango completo de asientos del K9 (las futuras furgonetas de PSA-Opel) al Grupo Antolín obliga a ADG a conseguir nuevos contratos para asegurar el empleo de la actual plantilla (más de 390 trabajadores al cierre de marzo) a partir del primer trimestre de 2018. En medio de este contexto, la planta de Valadares recibió ayer la visita del máximo responsable industrial de la división de asientos del consorcio francés.

El marco elegido para introducir las nuevas medidas de competitividad será la negociación del convenio colectivo. La dirección de ADG quiere llegar a un acuerdo antes del próximo mes de marzo, con el objetivo de poder presentar una oferta lo más competitiva posible por nuevos proyectos. Fuentes del sector explicaron a FARO que pese a que la fábrica comunicó a la plantilla que pelearía por pedidos ajenos a PSA-Vigo, la "solución" para ADG estaría en el nuevo modelo al que aspira Balaídos, que, de conseguirse, permitiría un volumen de producción suficiente para compensar el hueco que dejarán en ADG las actuales furgonetas (proyecto B9). La empresa había reconocido, tras la pérdida del K9, que el Grupo Antolín se impuso por el diferencial de costes.

La elección del Grupo Antolín frente a Faurecia representó un antes y un después en la historia de PSA y de la automoción gallega. ADG comenzó a proveer a Balaídos en 2002 y provocó la externalización entonces del taller de sillería de la propia PSA-Vigo. Desde entonces, la planta de Valadares ha fabricado los asientos de todos los modelos lanzados en Vigo (es proveedor exclusivo) con la excepción de la segunda fila de los monovolúmenes C4 Picasso (de la actual generación y de la anterior).

La planta es la cuarta empresa de componentes gallega por número de trabajadores (solo por detrás de GKN Driveline, ZF-TRW y BorgWarner Emissions Systems Spain) y la tercera por volumen de ingresos. Cuenta con 392 empleados (datos al cierre de marzo) y trabaja en tres turnos de producción en dos líneas, una de las cuales (la que tiene el tercer turno) sostenida básicamente por las furgonetas de PSA-Vigo, por lo que tras la pérdida del K9 ha visto comprometida su continuidad. Los otros modelos para los que suministra ADG, los sedanes para mercados emergentes (proyecto M3-M4) y los monovolúmenes, también tienen fecha de caducidad y generan un volumen de producción muy inferior al de las furgonetas.

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