El economista británico-estadounidense Angus Deaton, de origen escocés, obtuvo ayer el premio Nobel de Economía por sus estudios sobre el consumo y sus vínculos con el bienestar y la pobreza, de gran influencia en el mundo académico y la política.

La obra de Deaton, profesor de la Universidad de Princeton, gira en torno a tres grandes cuestiones: cómo distribuyen los consumidores su renta entre los diferentes bienes y servicios, cuánto se ahorra y cuánto se gasta en el conjunto de una sociedad y cuál es la mejor manera de medir la pobreza y el bienestar.

Sobre las decisiones individuales de gasto, Deaton planteó el Sistema Casi Ideal de Demandas (AIDS), un método "flexible pero sencillo" de estimar cómo la demanda de un producto determinado depende del precio de todos los bienes y servicios y de los ingresos del consumidor. Esta aportación, que con ligeras modificaciones se ha convertido ya en una herramienta estándar en su ámbito de estudio, no sólo sirve para explicar patrones de consumo, sino también para evaluar cómo un cambio en política fiscal -por ejemplo, una reforma del IVA- puede afectar al bienestar de distintos grupos sociales.

Sobre el ahorro y gasto colectivos, Deaton demostró con sus estudios que "el análisis de los datos individuales" de ingresos y consumo es "clave" para explicar los patrones que luego se perciben en los datos macroeconómicos. Su análisis y su propuesta sirven para explicar la formación de capital y las magnitudes de los ciclos empresariales", agregó el fallo. En el último ámbito, el de cómo analizar bienestar y pobreza, la obra del galardonado destaca "cómo mediciones fiables de los niveles de consumo de hogares individuales pueden emplearse para discernir mecanismos tras la evolución económica".