El empresario vigués Eduardo Vieira espera hoy y desde Vigo noticias de la provincia de Santa Cruz, en Argentina, donde tiene la sede la filial de su compañía. Y probablemente sea el día más decisivo en los últimos dos años, cuando el Gobierno provincial decidió intervenir la filial de Vieirasa y aprobar una ley de expropiación para quedarse con sus siete buques, su cámara frigorífica y el resto de activos. Los diputados de la Cámara votan hoy si derogan o no esa ley, promulgada el pasado 20 de septiembre.

El presidente de Vieirasa prefiere ser cauto y no cantar victoria, aunque todo parece estar a favor de la empresa gallega. Los trabajadores de Vieira en Puerto Deseado, donde están los buques y las instalaciones, están a favor de que el empresario vigués tome de nuevo las riendas de la compañía de mano de un socio local, Newsan. Como ya avanzó este diario, Newsan será el aliado que aporte capital en la operación, con la inyección 1,5 de millones de euros iniciales y otros tantos para sacar a faenar tres barcos: el Míriam, el Tabeirón Dos (dos tangoneros, dedicados a la captura de marisco) y el potero Vieirasa Diecisiete. Además, se compromete a "mantener un capital de trabajo de entre 2.250.000 y 3.000.000 euros para "posibilitar la operatoria comercial". De inicio se saldarán las deudas con los acreedores comerciales y con la plantilla.

Los otros cuatro buques serían operados directamente por Vieira Argentina, sociedad que, tradicionalmente, ha aportado más ingresos a la pesquera viguesa. Eduardo Vieira ha logrado, por tanto, una propuesta no solo para que los siete buques puedan salir a faenar en Puerto Deseado, sino para retomar la producción en la planta y que la provincia deje de abonar una especie de subsidio social a los trabajadores. "Estamos muy esperanzados en que este sea el fin de dos años largos que vivimos inactivos a merced de un subsidio de la provincia y que la empresa pueda volver a ponerse en marcha y nosotros a recuperar los puestos de trabajo que perdimos con la expropiación", declaró un exempleado al portal especializado local Mar & Pesca.

Pese a que la filial fue intervenida justo cuando Vieirasa cayó en concurso, Eduardo Vieira nunca dejó de pelear para recuperar la compañía con una intensa actividad judicial en la capital argentina, que le dio la razón en más de una ocasión. En primer lugar, un tribunal de Buenos Aires apreció visos de inconstitucionalidad sobre la ley 3287 de expropiación. En segunda instancia, Vieira protegió la filial con la solicitud de un convenio "preventivo" de acreedores, lo que blindó sus activos frente a una eventual venta. Por último, el Gobierno argentino determinó que los permisos de pesca pertenecían a Vieira Argentina y que, por tanto, solo Vieira podía sacarlos a faenar.