Carolina Masaveu, miembro de una de las familias más potentadas de Asturias, ha dado un paso al frente para hacer ver su poder accionarial en Pescanova, donde tiene el 7,133% de los títulos. La empresaria, a través de su sociedad Crisgadini SL, invirtió apenas 5.177 euros en adquirir el segundo paquete individual de acciones de la pesquera en dos operaciones distintas fuera de mercado. La compañía pesquera anunció ayer a través de un hecho relevante enviado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el nombramiento de un nuevo consejero: Diego Fontán Zubizarreta, para suplir a Yago Méndez. Se trata del administrador único de Crisgadini y, además, es el esposo de la segunda hija del fallecido Elías Masaveu Alonso del Campo.

La entrada de Masaveu (su esposo) en el consejo -cuya duración será muy corta- tiene dos lecturas distintas. En primer lugar, porque Pescanova SA tendrá el 5% de la futura Nueva Pescanova, y es un porcentaje reservado solo para antiguos accionistas. Por tanto, y aunque haya operación acordeón, mantendrá parte de sus acciones en la compañía una vez reestructurada. En segundo lugar, porque muestra sus galones como accionista, y tendrá prioridad absoluta para acudir a la ampliación de capital que la compañía gallega llevará a cabo el próximo otoño. Se emitirán acciones por 25 millones de euros, según establece el convenio, que podrán representar el 30% de la compañía en un futuro. Una tercera lectura todavía es una pregunta sin respuesta clara: ¿Por qué una inversora -antes galerista- quiere entrar en la gestión diaria de una pesquera cuando normalmente solo invierte como socio capitalista?

La estrategia

La estrategia de Masaveu se hizo en dos fases, y en la primera se reveló como accionista justo antes de la junta que acabó con la etapa de Manuel Fernández de Sousa. La segunda, cuando la banca se hizo cargo del convenio y se evitó la liquidación. De hecho, Carolina Masaveu compró el segundo paquete de acciones a Liquidambar, antiguo socio de referencia de Pescanova. Se trata de una sociedad participada íntegramente por antiguas cajas de ahorros, convertidas en bancos: Unicaja, Ibercaja, Banco CEISS y Mare Nostrum. A efectos prácticos, los poco más de 5.000 euros que se ha gastado le podrán servir para ser accionista de referencia de una empresa que valdrá mucho más que ahora, y por tanto obtendrá fuertes plusvalías si decide vender y salir de la multinacional gallega.

El actual consejo no se va a modificar en la próxima junta de acreedores, que se celebrará a finales de junio. Por lo tanto, Diego Fontán será consejero, al menos, hasta octubre o noviembre, cuando sí se celebre la asamblea general que constituya un consejo acorde a las acciones que tengan los bancos, un eventual socio industrial o los accionistas particulares. El consejo ya tiene poderes de gestión una vez el juez aprobó en sentencia judicial el convenio de acreedores, y tendrá cuatro miembros: Alejandro Legarda, Fernando Herce, Diego Fontán Zubizarreta y César Mata (también secretario). En todo caso, todas las decisiones que valide este organismo estarán supervisadas por el Comité de Vigilancia para velar por el cumplimiento del convenio. Si no se ejecuta al pie de la letra, cualquier acreedor puede solicitar la liquidación de la sociedad. Este Comité, como avanzó FARO, estará formado por tres miembros: Jacobo González Robatto (por la banca), Alejandro Legarda (por la empresa) y Deloitte (como administrador concursal).

La noticia de ayer se produjo tras la dimisión de Yago Méndez Pascual como consejero, cargo que ocupaba desde abril del año 2006. Méndez fue representante en Pescanova de Corporación Caixa Galicia, después de las antiguas cajas y, finalmente, asumió el mismo cargo como independiente. Pero el hijo del ex director general de Caixa Galicia, José Luis Méndez, tomó partido directo por el plan de Damm para Pescanova, y siguió siendo consejero hasta ahora gracias a su alianza con el grupo cervecero. Con Damm fuera del mapa, Méndez Pascual también desaparece.