El Banco Central Europeo (BCE) revisó ayer a la baja sus previsiones económicas para este año, aunque matizó que la economía de la zona euro se estabilizará en el primer semestre para iniciar una "lenta y gradual" recuperación en el siguiente. El organismo regulador decidió, por consenso, no por unanimidad, mantener los tipos de interés en el mínimo histórico del 0,75%, pero su presidente, Mario Draghi, dejó abierta la opción de bajarlos de nuevo si la situación empeora.

"En comparación con las proyecciones macroeconómicas de diciembre de 2012, los rangos han sido revisados ligeramente a la baja", señaló el presidente del organismo europeo, que prevé una contracción del 0,5 por ciento, frente a la del 0,3 por ciento pronosticada en diciembre.

Según el BCE, este año el producto interior bruto (PIB) se reducirá el -0,9% en el peor escenario y el -0,1% en el mejor. Su anterior pronóstico había situado la horquilla entre el -0,9 por ciento y un positivo 0,3%. Esta revisión a la baja se explica principalmente por el efecto más negativo que supuso la contracción económica en el último trimestre de 2012.

Pese a esta desviación, Mario Draghi mantuvo su actitud positiva y afirmó que "el ritmo de recuperación pronosticado se ha mantenido".

Para el año que viene también se han revisado a la baja las previsiones iniciales, que habían sido de entre el 0,2% y el 2,2% y ahora se quedan entre el 0% y el 2%. Así que la tasa media de crecimiento en la zona euro para 2014 se situaría en el 1 por ciento.

El BCE explica las revisiones a la baja, también para el próximo ejercicio, en la posibilidad de que la demanda interna y las exportaciones se debiliten más de lo que se espera. Eso, y que la implantación de las reformas estructurales en la zona euro sea lenta e insuficiente, por lo que Draghi insistió en la necesidad de que los gobiernos europeos sigan reforzando la política que aplica el BCE. En este aspecto dedicó un apartado al paro. "El desempleo es una tragedia y el desempleo de los jóvenes es una tragedia aun mayor", afirmó antes de pedir que se mantenga el ritmo reformista para darle la vuelta a esta situación.

El presidente del Banco Europeo admitió que, precisamente por la persistencia del riesgo para el crecimiento económico, el consejo de gobierno del organismo "discutió la posibilidad de una bajada de los tipos de interés", pero, tras las deliberaciones, se decidió por consenso mantenerlos en su actual nivel. Eso sí, manteniendo una política "acomodaticia". Es decir, guardándose un as en la manga para rebajarlos más allá del 0,75% si es necesario. La inflación se situará este año en la zona euro en una tasa media del 1,6%, mientras que el BCE prevé que para 2014 sea del 1,3 %.

Draghi también se mostró optimista al señalar que no ha aumentado la brecha entre los países del Norte y del Sur -en recesión-, y puso como ejemplo que la prima de riesgo está en su nivel más bajo de los últimos meses. Aunque sin hablar de España, afirmó que "los países que se han puesto al frente del proceso reformista verán cómo se reducen gradualmente los ajustes en sus economías".