José Ignacio Goirigolzarri, que vivía un plácido semiretiro -muy bien remunerado- tras su salida en septiembre de 2009 del BBVA, donde durante años fue consejero delegado, recibió en mayo de 2012 el complejo encargo de presidir Bankia, la entidad donde enterraron su existencia Bancaja, Caja Madrid, Caja Canarias, Caja Ávila, Caja Segovia, Caja La Rioja y Caixa Laietana. Rodrigo Rato acababa de dimitir. Goirigolzarri se puso manos a la obra para intentar reflotar una entidad sistémica que a punto estuvo de llevarse por delante al país. El jueves presentó los resultados de 2012, con unas pérdidas de 19.000 millones que han servido para restablecer la solvencia del banco. Ahora queda por delante la ardua tarea de lograr que Bankia sea rentabletable.

-En la junta de junio pasado, accionistas que ya veían que iban a perder su inversión y titulares de preferentes la pagaron con usted, que acababa de aterrizar. Durante aquellas más de seis horas de quejas razonadas ¿cuántas veces pensó "¿Por qué me habré metido en este berenjenal?".

-(Risas). Durante el acto, ninguna, porque estaba tan concentrado en lo que estaba ocurriendo que no me dio tiempo a pensar en nada de eso. La verdad es que fue una junta tremendamente movida en todos los sentidos. Comprendo que, visto desde fuera, se podría pensar eso.

-¿Y en otras ocasiones desde entonces en las que también ha sido increpado por tenedores de preferentes?

-Es cierto que, a veces, cuando personalizan en mí ese tipo de cuestiones, me lo tomo con espíritu bastante deportivo, porque pienso que realmente la gente quiere protestar, tiene que protestar y, como me ven a mí, pues protestan contra mí, aunque no sea responsable. Como no me considero responsable, no es un tema que me afecte anímicamente. Estoy psicológicamente muy fuerte.

-Aquellos ciudadanos, como tantos otros, no entienden haber perdido su dinero y que les quiten todo tipo de derechos para recortar el déficit y que luego se destinen 20.000 millones para salvar a Bankia. ¿Usted lo entiende?

-Sí. Esta dinámica de cuando se dice que se está salvando a la banca o a Bankia... Yo no entiendo muy bien qué significa eso. Pongamos el caso de Bankia. ¿Qué significa salvar a Bankia? Desde luego, no a los accionistas, que desafortunadamente están perdiendo su dinero. Tampoco a los llamados banqueros, porque, en lo que a mí compete, los consejos se cambiaron y ningún consejero se llevó ninguna indemnización. Tampoco al equipo directivo, porque ha habido un cambio radical en el comité de dirección. Las personas que trabajan aquí han tenido que sufrir: tenemos una reducción de plantilla de 6.000 personas y las que se han quedado están haciendo un sacrificio para que esto sea viable. ¿Qué es salvar a la banca? Salvar a la banca es salvar a los depositantes, a millones de depositantes en el caso de Bankia. Y a la economía nacional, porque el impacto sería muy duro.

-Usted ha garantizado que Bankia será la única entidad nacionalizada que devolverá las ayudas públicas. En 2015. ¿No le parece demasiado rápido para tanto dinero? ¿Hay alguna posibilidad de que los inversores en híbridos recuperen parte de sus pérdidas?

-No garanticé que fuera la única que devolverá el dinero. Dije que la estructura que tiene Bankia es la única que le da posibilidades al Estado de que le devuelva el dinero. Me refería a que si el Estado toma la decisión de venta del Banco de Valencia o Unnim, es una decisión correcta, pero se ha vendido y no hay ninguna recuperación de esas ayudas. En nuestro caso, en la medida en que podamos dar valor a esas ayudas, el Estado puede recuperar el dinero. Lo que dije también es que será a partir del año 2015... Nuestro objetivo es hacer rentable esta franquicia, que ya es muy solvente. En la medida en que la hagamos rentable, le estaremos dando valor. La gente empezará a ver valor y pensará que merece la pena invertir. Cuando se vaya creando valor, el Estado, como principal accionista, tendrá la posibilidad de hacer lo que quiera, vender o no vender. Este proceso de vender acciones o repartir dividendos podría empezar en 2015. Para recuperar toda la inversión se necesita mucho más tiempo. En cuanto a los hibridistas, lo que puedo decir es que, una vez que se haya hecho la ampliación de capital, nosotros trabajamos para crear valor para los accionistas. Ese es el objetivo y, en ese sentido, los tenedores de preferentes que se han convertido en acciones y las tengan, deben estar seguros de que vamos a crear valor.

-¿Va a seguir cotizando en Bolsa?

-Sí. Por un lado está la ampliación de capital, pero luego está la conversión de las preferentes y las subordinadas en acciones y eso va a significar un porcentaje muy importante de la sociedad. Y va a ser una acción muy líquida.

-Rodrigo Rato le propuso como consejero delegado de Bankia cuando la entidad caía ya en barrena y no aceptó. Unas semanas después el ministro de Economía le propuso como presidente y sí aceptó. ¿Por qué no quiso entrar con Rato?, ¿porque, lógicamente, usted quería tener el mando si iba a comerse aquel marrón o porque intuía que los políticos donde deben estar es en la política y no en la banca?

-No fue el ministro quien me propuso ser presidente, fue Rodrigo Rato. Me propuso ser consejero delegado y le dije que no. El tema lo di por cerrado y luego me volvió a llamar y me dijo: "Oye, he decidido que tengo que dejar esto, porque se ha acabado un ciclo y me parece que mi sucesor debes ser tu". Después habló con el ministro y más gente. ¿Por qué le digo a Rodrigo Rato no en lo de ser consejero delegado? Bueno, a mí me parecía que Bankia era un proyecto muy complicado y en ese tipo de situaciones se debe tener toda la responsabilidad y la capacidad de maniobra. Bastante complicado era y es sacar adelante Bankia como para estar mediatizado. Pero tengo que decir que tampoco aspiraba a ser presidente de Bankia. Yo vivía fenomenalmente bien. Luego digo que sí por responsabilidad personal.

-¿Y los políticos?

-No. La razón del rechazo es la que he comentado antes. Sobre el tipo de consejeros que deben estar en una entidad... No hay más que ver el consejo que hay ahora. Se constituyó el 28 de mayo y está formado por gente profesional, del mundo empresarial y no hay nadie con ningún tipo de característica política, ni de pasado político.