Las fuertes subidas de los precios de los combustibles que se registran en los últimos años, coincidiendo con la crisis, se debe a "una insuficiente competencia efectiva en el sector de los carburantes de automoción en España", según el informe publicado ayer por la Comisión Nacional de la Competencia. En el estudio se constata que "desde el inicio de la crisis económica en 2007 hasta 2010, el margen bruto de distribución en España ha crecido alrededor de un 20%, tanto en gasolina como en gasóleo". Un incremento que se ha registrado, destaca el informe, "partiendo de niveles previos mucho más elevados que los existentes en países comparables y a pesar de la fuerte contracción de la demanda de carburantes experimentada". Competencia concluye su duro informe con 23 recomendaciones al Gobierno para que ponga fin a las incorrecciones que ha detectado.

El informe, que la Comisión ha realizado a petición de la Secretaría de Estado de Economía, excluye en su análisis el peso de los impuestos en el precio final de los combustibles, y que suponen, entre la fiscalidad estatal y la de las autonomías casi el 47% de lo que pagan los ciudadanos por la gasolina y el gasóleo.

Aún así, y según el estudio, España es el segundo país europeo con el precio más alto antes de impuestos en el caso de la gasolina y el quinto si se trata del gasóleo.

Las conclusiones de la Comisión no difieren de las que ya figuraban en otros informes previos, aunque ahonda en los detalles para averiguar por qué se produce lo que en la literatura económica se denomina el fenómeno "de cohetes y plumas", que supone subidas muy rápidas cuando los precios internacionales del petróleo crece y una rebaja muy lenta rebajas cuando la cotización cae.

Repsol, Cepsa y BP dominan el sector. Y es que, según Competencia, controlan toda la producción nacional de combustibles, tienen una enorme influencia sobre la empresa propietaria de todos los oleoductos (CLH), y actúan como operadores de la mayor parte de las gasolineras del país. Es más, Competencia exige al Gobierno que se impida que los consejeros de administración de esas petroleras lo sean también de CLH, y que limite la participación accionarial en el monopolio del transporte de hidrocarburos hasta un máximo del 5% por accionista y del 3% de los derechos de voto, prohibiendo la sindicación de acciones. Respecto de CLH se recomienda al Gobierno, además, que se reordene su actividad y se permita el acceso a terceros a su red de transporte.

Pero es más, el informe de Competencia advierte de que los operadores interesados en acceder y crecer en el mercado español, "encuentran dificultades para abrir nuevas estaciones de servicio, para crecer abanderando estaciones de servicio ya existentes y para aprovisionarse de carburante en condiciones de costes comparables a los operadores con capacidad de refino en España".

En conclusión, que el Gobierno, según la Comisión Nacional de la Competencia, debería legislar en dos ámbitos. Por uno, en el mercado minorista, permitiendo la apertura de más gasolineras con escasos límites, controlando los contratos de suministro y prohibiendo la recomendación de precios de venta al público. Y por otro, en el mercado mayorista para acabar con el monopolio de las petroleras.