Decenas de miles de gallegos trasladaron ayer a la calle su malestar contra los recortes del Gobierno, justo en el día en que el Congreso de los Diputados convalidaba con los votos del PP los dos decretos del histórico ajuste. Vigo, la mayor ciudad de Galicia, volvió a concentrar el grueso del descontento de los ciudadanos, con unos 150.000 manifestantes según las entidades convocantes (60.000, según la Policía Local), pese a que la manifestación central se había convocado en A Coruña. Los participantes exigieron dimisiones por los drásticos recortes y llamaron a una huelga general a la vuelta de las vacaciones contra el "atraco" a la sociedad.

La manifestación viguesa partió a las 20.30 horas desde el cruce de Urzáiz con Vía Norte y una hora después decenas de vigueses aún no habían podido emprender la marcha. Los tres sindicatos convocantes (UGT, CIG y CC OO, a los que se sumaron después otras centrales y colectivos) cifraron en 150.000 el número de participantes. "Desde la manifestación por el Prestige no recordamos nada igual", reconocieron desde la UGT. Aunque fuentes de la Policía Local rebajaron esa cifra a más de 60.000.

En la calle, asalariados, autónomos, parados, trabajadores en activo, funcionarios, jubilados, amas de casa e incluso niños se unieron en una sola voz para expresar su absoluto rechazo a los recortes convalidados ayer por el Gobierno, por encima de siglas y estrategias sindicales. En la manifestación se podía ver a bomberos ataviados con sus trajes de faena e incluso un chorizo gigante ensartado en un tenedor en el que se podía leer: "PP, PSOE, Patronal, Casa Real y Banca". Y durante toda la marcha se lanzaron consignas contra los presidentes del Gobierno, Mariano Rajoy, y de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo.

Trabajadores del nacionalizado Novagalicia Banco también participaron en la marcha, en la que repartieron pasquines con las fotos de directivos de la entidad y de Feijóo sobre las que se podía leer: "Estos son los culpables de las preferentes". La manifestación concluyó frente al edificio de la delegación de la Xunta, donde los responsables comarcales de los tres sindicatos mayoritarios repasaron la lista de recortes aprobados por el Ejecutivo e hicieron un llamamiento abierto a la huelga general.

En total, los sindicatos calculan en 350.000 el número de gallegos que ayer mostraron su indignación en las diferentes manifestaciones convocadas. El acto central de A Coruña contó con la participación de los secretarios generales de UGT, José Antonio Gómez, CIG, Suso Seixo, y CC OO, Xosé Manuel Sánchez-Aguión, que reclamaron que las medidas del Gobierno se sometan a referéndum. Estos advirtieron de que, en caso contrario, las movilizaciones irán in crescendo y desembocarán en una nueva huelga general.

El más enérgico fue el líder de la CIG, Suso Seixo, quien arengó a que la población protagonice una huelga general en septiembre "para defender su futuro" y propuso un listado de políticas alternativas. La multitud aplaudió "la reducción de gastos militares" y "la subida de impuestos a los ricos y grandes empresas" sugeridas por el sindicalista y ovacionó sus palabras al reclamar la "retirada de ayudas a la Iglesia".

El secretario general de UGT, José Antonio Gómez, reclamó que las medidas del Gobierno se sometan a "referéndum" y aseguró que en caso contrario los sindicatos continuarán en las calles. La petición de una consulta popular también fue el principal argumento del líder de CC OO, Xosé Manuel Sánchez Aguión, quien, además, señaló que, en caso de que no lo haga, el Gobierno debe dimitir y convocar elecciones.

Las marchas contra los recortes se repitieron en las principales ciudades gallegas. En Santiago se celebró una de las movilizaciones más multitudinarias que se recuerdan, en la que se remarcó el lema "el dinero de los banqueros, el sueldo de los obreros". En Ourense se vivieron momentos de tensión al paso de la marcha delante de la sede del PP, con lanzamiento de huevos y la utilización de sprays por parte de los manifestantes.