"Ellos pescan donde quieren, no tienen miedo a los piratas, e incluso utilizan nuestras balizas para localizar el pescado". Armadores vascos y gallegos con flota en el Índico aseguraron ayer en Vigo que los atuneros franceses, a los que sí se les ha permitido embarcar a infantes de marina para protegerse de los piratas somalíes, están haciendo su particular agosto en este caladero, en el que los atuneros españoles se han visto obligados a rezagarse por los repetidos ataques.

La flota atunera, que participa en la IV Conferencia Mundial del Atún, que este año se ha dedicado a la pesca sostenible de los túnidos, volvió a reclamar ayer al Gobierno que le permita llevar militares a bordo con el objetivo de proteger a las tripulaciones. "Es más, sabemos que los mandos de la Operación Atalanta, en Northwood [Reino Unido], lo recomiendan", explicó un representante de la industria atunera.

La Operación Atalanta es la misión antipiratería de la UE en aguas del Índico. España tiene desplegados, dentro de esta misión, la fragata Canarias y un avión de vigilancia marítima P-3 Orión. En total, participan 280 efectivos. El Gobierno descarta enviar militares a bordo alegando que la legislación no lo permite.

No obstante, los armadores sostienen que los barcos que faenan en aguas internacionales del Índico son territorio español, por lo que no encuentran ninguna objeción a que se embarquen militares, como Francia y ahora Italia. "El sector se está jugando mucho en el Índico. Si la legislación no lo permite, que lo cambien", apuntan desde una de las patronales atuneras, Opagac.

Los ataques a atuneros españoles, incluso a más de 400 millas de la costa africana, han provocado un descenso de las capturas superior al 50% en lo que va de año, lo que se traducirá en un aumento de los precios, según los conserveros. A esto se suma el gasto que ha supuesto ampliar el perímetro de seguridad, que en algunos barcos puede superar los 500.000 euros cada 45 días en combustible.

El secretario general de los conserveros (Anfaco), Juan Manuel Vieites, argumentó ayer que si Francia e Italia han enviado a cuatro infantes de marina por buque, "¿Por qué no España?". "Se está jugando con la seguridad de las personas", apuntó.

Los armadores españoles critican que los buques franceses utilizan incluso sus boyas para localizar los bancos de atún. Estas balizas, de las que cada atunero puede echar al mar en torno a medio millar, llevan incorporados unos transmisores que a través de la tecnología GPS permiten detectar la mancha del pescado, ya que los peces se aproximan a ellas.

Los ataques piratas se han disparado en la zona en los últimos años, pasando de 35 en 2007 a 97 en 2008. En la primera semana de septiembre otros tres atuneros con tripulación gallega lograron escapar en el último momento.