El PIB de España caerá un 3% este año y un 0,7% el siguiente, según predijo ayer el FMI, que pronosticó una recuperación lenta y dolorosa para el país, y un período especialmente difícil para la banca.

Las previsiones que presentó FMI son una letanía de números negativos para todos los países grandes, incluida España, por la inestabilidad financiera y el descalabro de la producción en Europa y EE UU durante los últimos seis meses.

Así, para el conjunto de la economía mundial, el FMI augura una caída de la actividad del 1,3% para este año, y un moderado crecimiento del 1,9% para el próximo. En el contexto de la “más profunda recesión global desde la Gran Depresión”, el Fondo empeoró las previsiones pasadas, en la que estimaba un crecimiento del 0,5% para 2009 y un repunte del 3% en 2010. Concretamente, prevé que las economías desarrolladas sufran una contracción del 3,8% en el año actual, mientras que en 2010 no registrarán crecimiento.

En el caso español, al vendaval externo se une el bajón interno del sector inmobiliario, que está lejos de terminar, ya que el Fondo cree que los precios aún deben caer un 15% y vaticina que el fin de la burbuja significará un millón de parados. Para la banca, la combinación de desempleo y la caída del valor es explosiva, según Bob Traa, el encargado de España en el FMI.

El organismo cree que algunas entidades podrían quedarse sin el capital mínimo para operar y necesitarían la ayuda del gobierno.

“Los bancos españoles afrontan un año muy difícil, lo que probablemente lleve a su consolidación”, según los expertos del FMI, que también advirtieron de la “vulnerabilidad” de las cajas por su dependencia del sector inmobiliario, requiere una “estrecha vigilancia”.

El Fondo recibe con satisfacción el aumento de la aceptación de fusiones interregionales, además de considerar que un “mayor uso de las acciones de participación”, reforzaría los balances.

Traa afirmó también que España tiene poco espacio fiscal para aprobar nuevas medidas de estímulo y reiteró la importancia de una reforma de las pensiones, porque la trayectoria fiscal del país “no es sostenible” actualmente.

El Fondo estima que el país registrará un déficit fiscal del 7,5% del Producto Interior Bruto (PIB) este año.

La entidad constató además el aumento “drástico” de las primas de riesgo de los bonos del Tesoro españoles, ante la desconfianza de los inversores por las obligaciones contraídas por el Gobierno para responder a la crisis.

El mayor costo de la deuda pública “limita las opciones fiscales futuras” de España, alertó el organismo.

El FMI también coincide con el Banco de España en las previsiones sobre el índice de desempleo, que alcanzará el 17,7% en 2009 y el 19,3% en 2010, lo que significará más de 4 millones de parados, según Traa.

Debilitada la demanda interna por el fin de la burbuja inmobiliaria, España tampoco podrá esperar a que la exportación a sus principales socios comerciales le saque del agujero a corto plazo.

El Fondo redujo las previsiones de crecimiento de toda Europa, en algunos casos de forma muy drástica. Alemania se contraerá un 5,6% este año, Francia un 3% e Italia un 4,4%.