Según los datos difundidos hoy por Eurostat, la oficina estadística comunitaria, también cambió la tendencia de corrección de la deuda pública, que pasó del 66% al 69,3% del PIB.

El país con más déficit de la eurozona es Irlanda (7,1% del PIB), seguido de Grecia (5%) y Malta (4,7%), mientras que España, con un déficit del 3,4% (el Gobierno ha elevado ya esta cifra al 3,8%) se sitúa en el cuarto lugar.

En el conjunto de la UE, el saldo presupuestario también empeoró significativamente, ya que pasó del 0,8% al 2,3% del PIB.

La deuda pública en los Veintisiete, en la misma línea, aumentó 2,8 puntos, hasta el 61,5% del PIB.

Después de Irlanda, Reino Unido es el Estado miembro de la UE con el déficit más abultado (5,5%) y a continuación se sitúan Rumanía (5,4%), Grecia, Malta, Letonia (4%), Polonia (3,9%) y España.

Según los datos de Eurostat, once países tuvieron en 2008 un déficit superior al 3% del PIB que establece el Pacto de Estabilidad, frente a sólo dos el año anterior.

A pesar de la difícil coyuntura, siete Estados miembros lograron superávit en sus cuentas públicas, encabezados por Finlandia (4,2% del PIB), Dinamarca (3,6%) y Luxemburgo (2,6%).

La primera economía de la UE, Alemania, consiguió, por su parte, continuar reduciendo su déficit, que quedó en el 0,1% del PIB.

En cuanto al ratio de deuda, nueve países superan el umbral del 60% del PIB fijado por el Pacto de Estabilidad, con las cifras más llamativa en Italia (105,8%), Grecia (97,6%) y Bélgica (89,6%).

España, a pesar del aumento registrado por la deuda -del 36,2% al 39,5% del PIB- sigue lejos de ese umbral.

En 2008, el gasto público representaba de media en la eurozona el 46,6% del PIB (cinco décimas más que el año anterior), mientras que los ingresos cayeron siete décimas, al 44,7%.

En el conjunto de la UE la evolución fue parecida, pues el gasto se elevó al 46,8% del PIB (1,1 puntos más), al tiempo que bajó la recaudación cuatro décimas, hasta el 44,5%.

España siguió la misma tendencia, pero bastante más acusada que la media de sus socios, pues el gasto público, tras tres años de práctica estabilidad, repuntó 1,7 puntos, hasta el 40,5% del PIB.

La caída de los ingresos fue aún más llamativa, después de dos años de aumentos progresivos, al caer 3,4 puntos, hasta el 36,6% del PIB.