l. PIÑERO  Vigo

El Grupo PSA Peugeot Citroën ha decidido no quedarse atrás en el desarrollo de motorizaciones de nueva generación. Como el resto de los fabricantes, las líneas de trabajo se mantienen en secreto para llegar los primeros a un mercado que apuesta por motores cada vez menos dependientes del petróleo y con bajas emisiones de CO2.

Los expertos consideran que es una alternativa a la actual crisis del sector automovilístico a nivel mundial. Se trata, en definitiva, de revolucionar los sistemas de propulsión de los vehículos que han permanecido, en sus principios fundamentales, inalterables en los últimos 130 años.

PSA lleva años intentando, con mayor o menor éxito, desarrollar automóviles de bajo consumo y alimentados con energías diferentes a las procedentes del petróleo. La tarea no es fácil y el camino de la investigación, largo. Pera ya hay unos primeros resultados alentadores y un plan de trabajo en marcha.

Los primeros eléctricos

En los últimos años Citroën puso en el mercado con carácter experimental vehículos con motores eléctricos. En la década de los setenta se fabricaron varias unidades del G-8 dotadas con motor eléctrico, e incluso en la planta de Vigo se llegó a presentar el C-5 con la misma motorización. Simplemente eran experimentos que nunca llegaron al gran público pero que puso a la firma sobre la pista de lo que se debería y no debería hacer.

Mientras tanto, se trabajó en la reducción de las emisiones de CO2, segmento en el que la compañía lidera el mercado. El grupo confirmó su liderazgo en tecnología diésel con el éxito de las motorizaciones de inyección directa HDI, de las que ya ha producido más de 10 millones de unidades, que reducen considerablemente las emisiones contaminantes.

Además preparó los motores para para adaptarlos a los biocarburantes. En este sentido, el fabricante galo recomienda utilizar el etanol hasta un 10% en los vehículos de gasolina, sin modificar la tecnología de los actuales motores que tiene en el mercado. En sus motores diésel están garantizados con una mezcla de hasta un 30% de biocarburante. Sin embargo, la gran mayoría de las estaciones de servicio españolas no ofrecen este producto y, si lo hacen, resulta incluso más caro que el gasóleo extra.

También realizó pruebas con el Gas Natural Vehícular (GNV), que ha posible una reducción de las emisiones de CO2 de un 25% en relación a un motor de gasolina. Este tipo de combustible sólo es habitual en países como Irán o China, pero en Occidente ha tenido muy poco mercado.

Ahora las compañías automovilísticas se encuentran en plena carrera por desarrollar los vehículos híbridos, es decir, movidos por motores mixtos de gasolina y electricidad. Citroën ya ha comercializado más de 10.000 vehículos, una cifra insignificante si tenemos en cuenta que en 2007 el Grupo PSA vendió 3.233.000 unidades y el objetivo -fijado antes de la crisis- es poner en el mercado 4 millones.

PSA presentó a principios de 2006 dos demostradores dotados de una cadena de tracción híbrida diésel-eléctrica: el Peugeot 307 y el Citroën C4 híbridos HDI.

El consumo medio de estos prototipos se situó en 3,4 litros de gasóleo cada 100 kilómetros, y las emisiones de CO2 se redujeron hasta los 90 gramos por kilómetro. El reto de la firma es poner en el mercado vehículos híbridos en 2010.

Pero sin duda, el futuro pasa por vehículos que prescindan totalmente de los carburantes derivados del petróleo. Muchas veces se han escuchado voces de que a determinados poderes económicos no le interesa que desaparezcan los motores de gasolina y gasoil. Pero ahora parece que la decisión está tomada y la cosa va en serio.

Está previsto que en 2020 se empiecen a producir en serie vehículos impulsados con pila de combustible, que eliminaran todo tipo de emisiones contaminantes y circularán de forma totalmente silenciosa. Los ingenieros de PSA ya han desarrollado una pila de 80kW, que responde con precisión a las exigencias del fabricante.