Los primeros ejecutivos de los tres grandes fabricantes estadounidenses de automóviles (General Motors, Ford y Chrysler) han recurrido al Congreso en un nuevo esfuerzo para conseguir ayudas del Gobierno federal por importe de 50.000 millones de dólares (39.370 millones de euros al cambio actual), para asegurar su supervivencia y evitar un "colapso" del mercado automovilístico norteamericano. Ayer se supo que General Motors perdió en el tercer trimestre 2.500 millones de dólares (casi 2.000 millones de euros), mientras Ford registró unas pérdidas netas de 129 millones de dólares en el mismo periodo (más de 101 millones de euros).

La situación en Europa no es mucho más ventajosa. BMW y Mercedes Benz también han anunciado una reducción importante sus ventas mundiales debido a la debilidad de sus principales mercados.

Los gigantes del automóvil de EE UU quieren 50.000 millones de dólares del Gobierno para evitar un "colapso". La prioridad de los grupos automovilísticos y de los sindicatos es que los créditos blandos a los que ya dio su visto bueno el Congreso aumenten de 25.000 a 50.000 millones de dólares, de forma que se destinaría el 50% a necesidades urgentes de liquidez y el 50% restante a cumplir con las prestaciones de 780.000 jubilados y de sus familias.

Rick Wagoner, presidente de General Motors, Alan Mulally, consejero delegado de Ford, y Bob Nardelli, presidente de Chrysler, se entrevistaron con la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi y con el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid.

También ayer se supo que General Motors dio por terminadas sus negociaciones con Chrysler y dijo que no se fusionará con el tercer fabricante estadounidense de automóviles, tras revelar que su situación de liquidez es casi desesperada

"Recientemente, GM ha explorado la posibilidad de una adquisición estratégica que creía generaría significantes reducciones de costes y un fortalecimiento sustancial de la posición financiera de GM a medio y largo plazo" dijo GM en un comunicado. "Aunque la adquisición podría haber proporcionado potencialmente significantes beneficios, la compañía ha concluido que es más importante concentrarse en sus dificultades inmediatas de liquidez".

Mientras, el consorcio automovilístico alemán BMW, compuesto por BMW, Mini y Rolls Royce, ha anunciado que redujo un 8,3% sus resultados interanuales en octubre tras vender unos 113.005 vehículos en todo el mundo. También el grupo alemán Mercedes-Benz Cars, propiedad de Daimler, descendió sus ventas y en mayor porcentaje. En octubre sus ventas mundiales fueron de 93.800 unidades, un 18,1% menos.