-¿Cómo van los preparativos del estreno de Calígula debe morir en el Salón Teatro?
-Estoy metido de lleno en este nuevo montaje que esperamos pre-estrenar en Lalín el 20 de abril antes del estreno absoluto del 4 de mayo en el Teatro de las Culturas de Madrid, que ahora gestiona el actor Alberto Ammann. La verdad es que, como pasa siempre que tengo que trabajar en mi tierra, me lo estoy tomando con muchísimo cariño y muchísima ilusión.
-Supongo que no tiene nada que ver con trabajos como el de "Fariña", ¿no es así?
-Sí, son cosas distintas. Pero se trata, también, de un reto profesional muy importante para nosotros. Estaré yo solo en el escenario, y eso para un actor siempre es muy retador. Bueno, y a eso dedico ahora las horas del día e incluso de las que debería dedicarle al sueño ahora mismo. La verdad es que me apasiona mi trabajo, y creo que se puede comprobar en todo lo que hago tanto delante de una cámara como subido a un escenario teatral.
-¿Fue traumático el salto al teatro después de tanto cine y televisión?
-El teatro siempre fue algo a lo que tenía muchas ganas. Recuerdo que mi sueño cuando llegué a Madrid era hacer una obra de Juan Mayorga, pero lo que nunca me hubiera podido imaginar que precisamente mi debut fuese con una obra suya escrita para mí. Comencé a formarme como actor por el afán de querer dirigir a los actores y fue ahí cuando me di cuenta qué era lo que quería.
-¿Espera repetir el éxito de "Famélica" en su tierra natal?
-Ojalá. En aquella ocasión recuerdo que todo salió a pedir de boca, y ese trabajo nos dejó a todos muy buenas sensaciones. Esta vez no es tan complicado en cuanto a lo de desplazar a toda una compañía desde Madrid hasta Lalín. Sólo espero que la gente se lo pase tan bien como en aquella ocasión, y que disfruten de la obra teatral.
