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FÚTBOL - Olimpiadas

Un granate en la cima olímpica

Luis Otero es el único futbolista del Pontevedra que fue con España a unos JJOO

Edición de FARO DE VIGO de septiembre de 1920. // FdV

En A Coruña, junto al estadio de Riazor, los aros olímpicos se cruzan sobre el grabado del rostro del único hombre que salió del Pontevedra, entonces Sporting de Pontevedra, para representar a España en unos Juegos Olímpicos, Luis Otero. Allí un monolito recuerda su figura. En Pontevedra, por un lateral del estadio de Pasarón, discurre la calle con su nombre y sobre el césped se juega cada verano el trofeo del club, el Luis Otero. En Vigo, donde Otero conquistó cuatro veces el campeonato gallego, no hay calle ni monumento en su honor porque su marcha del club precursor del Celta al Deportivo abrió una herida para siempre. Pero fue en Amberes donde el planeta conoció al defensor criado en el club capitalino.

Las Olimpiadas de 1920, celebradas en esa ciudad belga, fueron el primer torneo jugado por la selección española de fútbol. Años antes, los intentos de formar un combinado para competir en Atenas, Londres o Berlín habían fracasado. Pero en los primeros meses de 1920, la Asamblea General de la Federación Española de Fútbol organizó una gira que trajo al norte del país a un comité técnico encargado de seleccionar jugadores para competir en Amberes. Según cuenta la revista de historia del fútbol español, Cuadernos de Fútbol, el comité organizó una serie de partidos de los que salieron los llamados 21 de Amberes.

Precisamente un periodista de FARO, Manuel Castro "Handicap", colaboró con el técnico Francisco Bru en la formación de los equipos. Posibles, así se llamaba uno de los bandos, contra Probables, el otro. Entre los segundos, junto al mítico guardameta Ricardo Zamora, estaba Otero.

"Defensa brillante"

El zaguero pasó de aquellos partidos a competir con la selección. Su debut llegó ante Dinamarca, en el primer encuentro de España en los Juegos Olímpicos. "Los daneses se encoraginan y entra el extremo izquierda a marcar un tanto, que creemos inevitable, cuando el defensa Otero se interpone cortando el balón de un espléndido golpe de cabeza", contó al día siguiente el diario belga Velo Sport tal y como recogió Faro. Los belgas calificaban a Otero de "defensa brillante" y Le Matin destacaba su "distinción jugando, vigoroso, atlético" con "extraordinarios golpes de cabeza". España venció aquel 28 de agosto de 1920 por 0-1 y el defensor pontevedrés hizo que la prensa internacional destacara la retaguardia como la mejor línea del combinado español.

En los días anteriores al enfrentamiento con Italia, en el que Otero volvió a ser titular, nació el apodo que la selección española de fútbol portó como seña de identidad hasta que el talento de la última década vino a enmendarlo. La "furia rossa", decía la prensa italiana al referirse al pontevedrés y sus compañeros. La selección se impuso a Italia por 2-0 y tres días después se enfrentó a Holanda, como en 2010, para lograr el que fue durante décadas el mayor triunfo del fútbol español: la plata de Amberes. Fue el triunfo de "tres galleguiños" dijo entonces este diario en referencia a Otero, Moncho Gil y Ramón González, compañeros de equipo en Vigo. "El triunfo de Otero", explicó Handicap a su vuelta de los Juegos. El triunfo del pontevedrés olímpico.

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