Pablo Pérez perteneció tres temporadas al Ourense, aunque solo pudo jugar diez partidos con el primer equipo en su campaña de estreno como rojillo, la 2009-2010, tras llegar desde los juveniles del Pabellón. En las dos siguientes se ocupó de la portería del filial (jugaría otro encuentro más en la Copa Federación). Volver a O Couto, un terreno que ya pisó en la visita del Ribeiro al Ourense CF también en Primera Autonómica, le refresca la memoria: "Recuerdos claro que tienes. Ver ese campo te dice donde estaba y donde estoy. Un poco de diferencia sí que hay", bromea.
Coincidió en el plantel con el actual portero de la UD Ourense, Lucas Sierra, al que tiene en estima: "Tengo buenos recuerdos de él. Es una gran persona y un profesional, aprendí mucho de él". Con 22 años, tuvo que elegir entre probar suerte en el fútbol o un sustento seguro en Coren. "Por motivos de trabajo lo dejé. Era incompatible entrenar y y los desplazamientos con el trabajo y me fui al Barbadás", recuerda.
Solo una temporada después recaló en el Ribeiro, en las ligas provinciales. "No le doy vueltas, aunque sí es verdad que la gente me pone mala la cabeza con eso, pero lo hecho, hecho está", asegura para zanjar el debate sobre su elección. "Me decidí por trabajar, que no me ha ido mal porque sigo en el mismo trabajo, y la duda estará ahí. Pude haber intentado ser profesional, sí, pero no fue. Hoy tengo trabajo y, si hubiese apostado por el fútbol, a lo mejor ni jugaba ni tenía el trabajo", agrega. "Antes se pagaban cantidades que no eran normales y hoy en Tercera no vives del fútbol", concluye para argumentar su decisión sobre hacerse a un lado en la portería.
