El mal trago que pasó el portero de la Unión Deportiva Ourense el pasado domingo en Taboadela no irá a mayores. Lucas Sierra se dañó el tobillo derecho debido a un mal apoyo tras una salida por alto, por lo que tuvo que ser sustituido y trasladado a un centro médico. Las primeras pruebas descartaron una fractura y el jugador ya se encontraba ayer mejor de ánimo.

"Al final es menos de lo que parecía. Las sensaciones no eran muy buenas, parecía que podía haber algo roto, pero ha sido un desgarro de la membrana que recubre el tobillo. Gracias a Dios no llegó a romperse, porque sino habría que operar", explicó Lucas Sierra en relación a su estado. "Cuando me duché ya notaba mejores sensaciones, pero en la jugada noté un crujido. Me quedé sin sensibilidad en el pie y pensé en que era algo grave. El dolor era bastante duro y me asusté un poco", agregó.

En el hospital le suministraron calmantes para pasar la noche, pero no fue necesaria la escayola. "Me pusieron una venda y una malla para que el derrame sea menor. La parte superior del tobillo está un poco inflamada y empieza a haber algo de derrame. Ahora estoy en casa descansando y nada más", indicó Lucas Sierra.

El jugador viajó toda la noche en tren hasta Valladolid, donde tiene vínculos familiares y con el club pucelano, donde fue canterano, por lo que aprovechará la ocasión para someterse a una revisión. "Mi mujer y mi hija son de allí y, como me coincidió con el viaje y como conozco a los médicos del club, me verán mañana (por hoy) para darme una valoración", señaló.

Los plazos de regreso

El diagnóstico del traumatólogo en Ourense fija en torno a cuatro semanas el tiempo de reposo. "Y luego habrá que darle un tiempo para coger la forma y lo que el míster diga", añadió en referencia a los plazos de la reaparición un Lucas Sierra que debuta en la enfermería. "Es la primera vez en mi vida que tengo una lesión un poco rara. Alguna microrrotura, pero no sé lo que es un esguince", apuntó.

Lucas Sierra, que ya puede apoyar, todavía tenía fresca la acción que truncó el último partido del 2016: "Iba solo, nadie me apuró, pero estaba para ser ahí. Además no fue en la pierna con la que salté, fue en la derecha, con la que pisé la segunda vez. El balón se me escapa y el problema fue, al ver que se me escapaba antes de caer, que lo intenté coger y en ese momento oí el crujido. También se me giró la rodilla, pero no sentí nada".