El triatleta gallego Javier Gómez Noya, subcampeón olímpico en Londres 2012 y vigente campeón mundial, ganó ayer el Premio Princesa de Asturias de los Deportes 2016, según acordó el jurado encargado de conceder el galardón, al que optaban veinte candidaturas procedentes de diez países.

Abel Antón, presidente del jurado que ayer concedió el Premio Princesa de Asturias de los Deportes 2016 a Javier Gómez Noya, dijo que la "capacidad de superación" del ferrolano, junto a los méritos deportivos, fue determinante para alcanzar el galardón. Antón reconoció que el gallego era uno de sus candidatos "favoritos", al igual que en la edición del pasado año, si bien ha precisado que en esta ocasión era "aún más candidato".

Sobre los otros diecinueve candidatos, indicó que la nadadora paralímpica Teresa Perales "también" pudo haber sido la ganadora, u otros deportistas "importantes" con el piloto de rally Sebastian Loeb.

Abel Antón, ganador del Premio de los Deportes en 1997 con el equipo español de maratón, reveló que hubo "mucha lucha y debate" sobre el galardón. Apuntó Antón que, aparte del currículo tan importante que posee Gómez Noya, con el título de subcampeón olímpico y cinco oros mundiales, "quizás lo que más se ha premiado son sus valores, esfuerzo y trabajo". En este sentido, mencionó la etapa en la que al triatleta gallego "no le dejaban competir por sufrir problemas de corazón, por los que la Federación le retiró la licencia deportiva".

Sobre la selección de rugby de Nueva Zelanda, conocida como los "All Blacks", que llegó hasta la votación final, Antón opinó que para el jurado ha tenido "mucho valor" la nobleza de ese deporte.

Pero al final se impuso Gómez Noya. Nada, pedalea y corre como ningún otro deportista sabe conjuntar esos verbos. Al menos, así lo indican las cinco coronas mundiales de triatlón de las que sólo él puede presumir. Medallista de plata en Londres, su meta es el oro olímpico en los Juegos de Rio de Janeiro (Brasil), al que apuntará en agosto.

Cuando a Javi Gómez Noya, que lo ha ganado todo, se le pregunta por tres momentos en su brillantísima carrera deportiva, en dos de ellos se refiere a triunfos sobre los hermanos Brownlee -Alistair y Jonathan, con los que compartió podio olímpico en Hyde Park, hace cuatro años-, los rivales más potentes que se ha encontrado a los largo de su carrera. A los que se enfrentará de nuevo este fin de semana en su feudo de Leeds (Inglaterra), sede de la quinta prueba del Mundial.

El otro remite a 2003, cuando se proclamó campeón del mundo sub 23, en Queenstown (Nueva Zelanda). Por ser su primer triunfo internacional y al tratarse de una victoria sorprendente. Donde, sin estar aún en forma, conquistó su cuarto título de campeón de Europa. En su segunda competición de una temporada que centra exclusivamente en buscar gloria olímpica, en la prueba que arrancará en las aguas de Copacabana.

Un año después, casi en el último suspiro, logró que le dejasen competir en el Mundial de Madeira (Portugal), donde acabó octavo. Un puesto que, sobre el papel, le valía para integrar el equipo español que competiría en los Juegos de Atenas 2004. Para los que, tras un controvertido cambio de criterio técnico, finalmente no fue seleccionado.

No fue el único gran revés en el arranque de su trayectoria deportiva. Al principio, ni siquiera le querían dejar competir, a causa de una valvulopatía aórtica congénita. Pidió segundas y terceras opiniones. Y comenzó a forjar una de las más brillantes carreras deportivas de la historia de España.

Siguió los pasos de otro ilustre paisano, Iván Raña, centrado ahora en el Ironman, el primer campeón mundial de triatlón que tuvo España (2002). El único hasta que lo fue Javi. Con el que compartió no pocos entrenamientos. Y con el que perfilará su puesta a punto en Lugo antes de la cita olímpica.

Hizo suya, de forma inconsciente, la frase del genial Luis Aragonés. Y a partir de 2006, Gómez Noya, nacido hace 33 años en Basilea (Suiza) y criado en Ferrol, comenzó "a ganar, ganar y ganar; y a volver a ganar, ganar y ganar". Se apuntó tres veces la general de la Copa del Mundo, la principal competición de la regularidad antes de que el Mundial se empezará a disputar por etapas, en vez de a una sola jornada. Como el que se anotó por primera vez Javi, en 2008, en Vancouver (Canadá). Un año antes, en 2007, había sido plata, por detrás del local Daniel Unger, en Hamburgo (Alemania). Y desde entonces, hasta que el año pasado certificase, en Chicago (EEUU), un hasta entonces inédito quinto título Mundial, ha encadenado nueve medallas en campeonatos del Mundo.

Cuarto en los Juegos de Pekín 2008 y plata en Londres, hace cuatro años, este curso espera ponerle el broche de oro, culminando su progresión olímpica en Río, a una carrera en la que todo lo consiguió "A pulso": el título que lleva la biografía de un deportista al que le encanta el 'heavy metal' y el 'punk'. Que en sus ratos libres toca la guitarra eléctrica; que de pequeño imitaba a Angus Young y al que le encantan, entre otros, ACDC y Metalica.

Si fuese un deportista británico, Gómez Noya tendría el título de Miembro del Imperio. O recibiría, quizá, tratamiento de 'Sir'. Ayer demostró generosidad y nada más conocer la noticia, se acordó del resto de finalistas. Y de otras, y otros, que, sin serlo, también se hubiesen merecido el Premio. Javi es un caballero. Un caballero de hierro. Que, al fin, ya tiene su Princesa.