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El Ourense sigue esperando la hora de su entierro en O Couto

La desaparición del club rojillo 62 años después de cubrir la vacante que dejó la UD Ourensana podría convertir a la capital de la provincia en la única sin fútbol nacional

Los integrantes de la Platafoma del Ourense se dirigen a los aficionados que se dieron cita en el estadio de O Couto. // Jesús Regal

La desaparición del Club Deportivo Ourense 62 años después de cubrir la vacante que dejó la Unión Deportiva Ourensana podría convertir a la ciudad en la única de las 52 capitales de provincia que en la próxima temporada no tenga un equipo de fútbol en categoría nacional, de Tercera División para arriba. La lista de clubes españoles borrados del mapa generalmente por su asfixia económica es amplia, y en el caso del equipo de As Burgas la deuda asciende a la cantidad de 2.400.000 euros. Sin embargo la reglamentación actual ha frenado en seco la huida hacía adelante que suponían las refundaciones. El último intento, tras la liquidación de la Unión Deportiva Salamanca, falló de forma estrepitosa.

El Ourense sigue esperando su entierro en los próximos días, un futuro marcado más que nunca por los plazos. La hipotética desaparición del club es toda una realidad. Aunque se encuentra en las últimas a falta de la presentación en el Juzgado de la Instrucción Número 4 (Mercantil) aunque se encuentra en las últimas y desde los distintos sectores se da por el momento el descenso administrativo a Tercera División por impagos.

En el caso de que finalmente siga sin aparecer una junta gestora para ponerse al frente del equipo y el club caiga en manos del Juzgado, será la magistrada la que decida que sucede con el mismo, toda vez que los "dueños" no han dado señales de vida. Para ello tendrá que examinar la pertinente documentación para en su caso justificar la disolución de la sociedad y su liquidación, o la continuidad de la misma mediante un administrador nombrado por ella.

Estatutos

En caso de que el club ourensano desaparezca, de surgir un nuevo proyecto debería comenzar su andadura en la última categoría del fútbol provincial, es decir, la Tercera Autonómica. De querer agilizar el regreso a las categorías nacionales, la mejor opción para la nueva entidad será arrancar en la Preferente Autonómica, aunque en todo caso será a costa de ocupar una plaza de un club ya existente y participando en esa categoría y al menos el primer año compartiendo nombre. Tendría que haber una modificación de los estatutos del club. Por ejemplo, la futura entidad se llamará As Burgas, y si la próxima temporada ocupara por ejemplo la plaza del Nogueira de Ramuín, el club que preside Raúl Soto debería modificar sus estatutos en la Xunta de Galicia y pasarse a denominarse Nogueira-As Burgas. Posteriormente, debería haber otra modificación estatutaria cambiando de nuevo el nombre, y como si de una absorción se tratara, pasaría a denominarse Burgas Club de Fútbol o cualquiera otro nombre que pueda escoger en el nuevo club. En todo caso, este proceso debería hacerse con la plaza de un equipo ya existente. Otro de los problemas que existe en estos momentos es en dónde jugarán los 250 jóvenes de las categorías inferiores del club.

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