El portero del Ourense estuvo alerta en los numerosos balones colgado al área por los oviedistas y voló providencialmente para evitar el gol en el minuto 50.

El lateral derecho del Ourense se impuso a su par y no permitió tráfico en su área de influencia. También tuvo arrestos para cruzar la medular.

Defendió el flanco más expuesto de la defensa del Ourense y fue despachando el apuro en ocasiones por sí solo y en otras con ayudas que nunca faltaron.

El central vigués hizo una exhibición de fuerza y seguridad en todas sus intervenciones, tanto en el corte como en los envíos aéreos de los visitantes.

El mediocentro del Ourense volvió a ser un puntal para el equilibrio del equipo. Se vació para recuperar y mostró recursos para dar el poco juego que se vio.

El del Bierzo volvió a la titularidad con el cometido de desbordar por la derecha, pero su participación fue de más a menos y Luisito le cambió en su retoque táctico.

Estuvo implicado en todas las refriegas de la medular, donde le traicionó en situaciones puntuales la precisión para llevar buenos balones a sus atacantes.

La defensa del Ourense se ha convertido en impermeable al gol en las últimas semanas con una contribución destacada del central Daniel Portela. Tras superar un profundo bache por las lesiones, el zaguero ourensano ha vuelto con el depósito lleno. La confianza la gana mordisco a mordisco. Cuando hay que emplearse a culatazos es implacable y las piernas le responden a la perfección cuando hay que ser más rápido que el contrario. Como iniciadores, tanto él como Capi lo tienen crudo. El inestable césped de O Couto es una amenaza latente porque los centrales están sometidos al riesgo de desliz de forma permanente, pero la pareja de centrales le ha dado toda una inyección de calmantes al equipo.

Su exequipo no le dio opción de revancha. El delantero del Ourense jugó muy lejos del gol, pero la falta de opciones no afectó a su empeño por sacrificarse.

Tuvo la victoria en sus botas al recoger un mal despeje del portero, pero sigue con la suerte de espaldas. Por banda y por dentro tuvo pocas opciones.

El centrocampista marroquí se empleó a todo pulmón en la persecución de contrarios. Imprescindible en el combate aunque le marcaron pronto con tarjeta.

Su reaparición le deparó la complicada misión de darle sentido a los ataques del Ourense ante un rival áspero y campo malo, pero nunca se escondió.

Apenas tuvo oportunidad de esprintar para abrir huecos en una defensa muy sólida. El ir y venir de balonazos no le favorece y tuvo que remangarse como el reto.

Al centrocampista arousano le correspondieron los últimos minutos para darle salida al balón cuando el Oviedo más se acercaba al área de Pato.