El Alondras ya puede respirar tranquilo. Los dos últimos meses han sido tremendamente complicados para la entidad rojiblanca, que en algún momento se ha visto caminando sobre el alambre. La goleada de ayer ante el Céltiga, uno de los rivales directos para eludir el descenso, certifica la permanencia en Tercera División y es un balón de oxígeno. "No era el objetivo a principio de temporada, pero después de la dimisión de Jacobo Montes hubo que cambiar el chip y luchar por la permanencia", reconocen desde la directiva.
Ahora que todos los estamentos del club respiran con alivio se impone un periodo de calma y reflexión antes de abordar el proyecto para la próxima temporada. En primer lugar porque la actual aún no ha finalizado. El domingo se disputa el último encuentro de liga, en el que el Alondras visita a un Villalbés que se juega sus posibilidades de entrar en la fase de ascenso como cuarto clasificado. Y en segundo lugar porque los cangueses están ya clasificados para la ronda de cuartos de final de la Copa Diputación, que disputarán el próximo miércoles en el campo del Estradense. "El equipo quiere ganar esta Copa. Sería un buen final para una temporada tan difícil e importante desde el punto de vista económico", admiten desde la directiva.
Una vez que concluya la temporada será el momento de pensar en el proyecto deportivo para la próxima y en quién lo encabezará. Nacho Pacios es el tercer inquilino del banquillo alondrista esta temporada y su llegada sirvió para que el equipo adquiriese una solidez y fiabilidad de la que había carecido. El exjugador del Celta y del Compostela firmó solo hasta el 30 de junio y ninguna de las dos partes ha querido hablar del futuro más allá de esa fecha. "Cuando vino fue el primero que dijo que había que centrarse en el presente y en salvar al equipo", reconocen desde el Alondras. Ahora las dos partes deberán sentarse "para ver qué es lo qué quiere él y qué es lo que queremos nosotros" antes de tomar una decisión definitiva.
El triunfo del domingo ante el Céltiga fue la confirmación de la permenencia con una goleada 4-0, un marcador que en realidad no refleja la igualdad que hubo en muchas fases del encuentro y la tensión que vivían los dos equipos: los alondristas sabían que un triunfo les salvaba y los arousanos sabían que una derrota significaba la condena. El tempranero tanto alondrista -en el minuto 8- al saque de una falta botada por Fondevila y que un defensa del Céltiga desvió a gol sirvió para animar a los cangueses. Pero aún así "se palpaba la tensión y en los primeros minutos de la segunda parte no estuvimos bien". El espectacular gol de Mauro al contragolpe sirvió para aclarar el panorama y dar el empujón definitivo hacia la salvación.
Desde la directiva del Alondras no se olvidan de la afición, que ha ayudado, sobre todo en partidos como el del domingo, a conseguir el objetivo de mantener la categoría. "Hay que ser realistas: nuestro objetivo es siempre estar en Tercera. Pero tenemos ilusión y ambición y por eso estamos aquí, para intentar hacer un proyecto para estar lo más arriba posible. Siempre sin despegar los pies del suelo, que somos de los pocos equipos que pagamos al día a todos los jugadores", sentencia la directiva rojiblanca.
