Después de once años vistiendo la camiseta con el dorsal número 13 a la espalda será una sensación extraña no ver a Fernando Eijo en el centro de la defensa del Frigoríficos del Morrazo. Desde allí daba instrucciones a sus compañeros, animaba y se convirtió en uno de los baluartes de un equipo que viene de firmar el mejor ciclo de su historia. Ahora deja el parqué de las pistas de balonmano por los pasillos y las aulas del colegio público de Espiñeira, donde en unas semanas comenzará a trabajar como profesor. Seguro que sus alumnos disfrutarán tanto con él como el público de O Gatañal con su innegable entrega y dedicación durante estas once temporadas.
- El sábado el Balonmán Cangas le brinda un partido de homenaje en su despedida, toda una demostración de que ha calado hondo en el club y la afición.
- Bueno, lo primero que significa es que uno se va haciendo mayor [risas]. La verdad es que estoy muy ilusionado y agradecido por este gesto. He estado aquí once años maravillosos, casi una vida, y durante todo este tiempo para mí fue siempre muy fácil tomar la decisión de continuar.
- A principios de temporada ya anunció que sería la última y ha tenido la suerte de despedirse sobre la pista.
- Sabía que era el último año. La Consellería de Educación, después de aprobar las oposiciones, me dio un año de prórroga para poder disfrutar del balonmano de élite. Ha sido una temporada en la que he disfrutado cada entrenamiento, cada partido...
- A pesar de la edad, ¿le hubiesegustado continuar al menos un añito más?
- Como te dije pude disfrutar de este último. Tengo una niña pequeña y un nuevo trabajo que me exigen atención y poner los cinco sentidos en ello. Además están los problemas de espalda de estos últimos años. Al final creo que es mejor irte por tu propia voluntad a que te obliguen a dejarlo las lesiones. Pude disfrutar de esta temporada y de poder jugar de nuevo en Europa.
- Supongo que es imposible dejar el balonmano en activo con mejor sensación, después dos años en los que el Cangas ha logrado su mejor clasificación histórica y ha vuelto a jugar una competición europea.
- Yo no hablaría de uno o dos años. Yo creo que se trata de un ciclo. Empezó con aquella fase de ascenso en Cangas, luego salvamos la categoría como buenamente se pudo y se fue mejorando año a año. Estamos ante un ciclo histórico que creo que el club y la afición recordará.
- Si tuviese que quedarse con algún partido o algún momento de estos once años con la camiseta del Cangas, ¿cuál sería?
- ¡Uff! A nivel emotivo el último partido en O Gatañal. Fue algo emocionante ver la despedida de la afición y de los compañeros [la imagen con su hija en brazos despidiéndose de la afición es la elegida para el cartel del partido de homenaje]. Desde un punto de vista deportivo me acuerdo de la fase de ascenso en Cangas, de aquel partido en Vigo que nos daba prácticamente la permanencia y la clasificación para Europa. Había visto O Gatañal lleno más veces antes, pero con aquel nivel de decibelios y presión no.
- ¿Cómo ve al equipo para la próxima temporada? Su ausencia, la de Adrián o la de Yeray vaticinan un año difícil e inicio de un nuevo ciclo.
- No creo que sean bajas que vayan a afectar tanto. Creo que Pillo va a seguir con su método de trabajo y sabe acoplar muy bien a los nuevos jugadores. Va a ser un temporada igual de difícil que siempre, pero confío en este grupo.
- Hablaba de Pillo hace un instante. ¿En qué lugar le situa usted?
- Trabajé con el tres años en Pontevedra y los últimos cinco en Cangas. Es el entrenador que más me ha marcado y la relación con él, al igual que con Manuel Camiña [el presidente] trasciende de lo deportivo. Pillo ha cogió un equipo con muchas limitaciones y lo ha puesto entre los mejores.
- ¿Cómo será la vida de civil de Fernando Eijo? ¿Seguirá vinculado al balonmano?
- Este primer año no voy a jugar ni hacer nada. Creo que necesito un periodo de descompresión y centrarme en mi trabajo y mi hija. Dentro de dos años ya veremos, igual acabo entrenando a algún equipo de chavales.
- ¿Se le verá por las gradas de O Gatañal?
- Por supuesto. Voy a ser un aficionado más, un cangués a tope.
- Creo que le van a dejar jugar unos minutos el sábado y que tiene una petición especial para Pillo.
- [Risas] ¡Qué me deje tirar el primer penalti del partido! Sería el primero de la historia. Pillo no confía mucho en los pivotes para lanzar los siete metros. ¡Ni en los entrenamientos nos deja entrenarlos! [risas].
