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Lalín y Estradense se enfrentan el próximo domingo en un derbi de rivalidad de contrastes - Los dos llegan en tendencias y con proyectos totalmente diferentes - Ambos buscan un golpe sobre la mesa con un triunfo

Bernabé

El Lalín lleva toda la temporada conociendo el lado más duro del fútbol. Los rojinegros apostaron esta temporada por hacer "borrón y cuenta nueva" con respecto a lo conocido en los últimos años y el nuevo camino se está mostrando más duro de lo esperado. Marchan penúltimos, con solo seis goles en trece partidos y con el técnico reclamando con urgencias nuevos refuerzos que traigan aquello que no tienen. Solo el haber asumido con anterioridad lo que les aguardaba esta temporada permite a los rojinegros mantener la calma y no comenzar a correr de un lado para como pollos sin cabeza.

En plena tormenta, el equipo dirigido por Francis Sixto llega a una de las citas más importantes de la temporada. El Estradense visita el próximo domingo el estadio Manuel Anxo Cortizo y lo hace metido entre los mejores. Los rojillos llegan a este partido en su mejor momento de la temporada, después de tres victorias consecutivas.

Unos y otros han seguido caminos diferentes antes de su batalla particular, tanto dentro del campo como fuera de él. Lalín y Estradense son esta temporada dos extremos opuestos en la planificación de un proyecto deportivo. Tras años abrazados a una gran generación de jugadores, la última salida de la cantera rojinegra, el Lalín decidió esta temporada apostar por algo diferente. Se fueron muchos, demasiados. Gustavo, Rucho, Toño, Kevin, Dani Méndez, Rubén Méndez... Ya no están en el Lalín y eso se nota. El equipo ha perdido a sus jugadores de referencia a lo largo de la última década y sin ellos les está costando dar a su fútbol el carácter necesario.

En plena desbandada, el Lalín miró hacia abajo pero no encontró la base que buscaba. Desde la cantera no llegaron los recambios necesarios -poniendo una vez más en entredicho el salto entre la Escola de Fútbol Lalín y el conjunto del Cortizo- y al equipo no le quedó otra que buscar sus refuerzos fuera, con Ourense y Lugo como sus mercados.

El resultado final es un equipo con pocos dezanos y con muchas caras nuevas. Solo continúan cinco de la temporada pasada: Michi, Suso, Mario, Dani Reboredo y Maceiro. Han llegado además Manu Rego, César y Diogo, dejando de esta manera solo ocho jugadores dezanos en el plantel. Los once restantes son de fuera, incluyendo el hondureño Jemba y el jugador venezolano de origen lalinense, Emilio. Cabe destacar además un amplio grupo de futbolistas que han fichado y han terminado marchándose prematuramente. Jugadores como Edu, Jaime, Omar, Richard o Iago fueron presentados pero ya no están en el Lalín.

Esta drástica remodelación contrasta con la línea de continuidad que reina en el Estradense. Los rojillos son lo que ya eran. Registraron solo tres incorporaciones, los hermanos Javicho y Rafita y Javi López. Vinieron la cubrir las dos únicas bajas que registraron, las de Silva y Moure. Sus refuerzos llegaron como cada año desde abajo. Los canteranos Fer y Maneiro están llamados a tener un papel cada vez más protagonista en el primer equipo y el club no ha querido cerrarles las puertas con fichajes. Al contrario que el Lalín, los rojillos tienen un equipo en el que casi todos son estradenses. Solo los compostelanos José Ramón, Jorge y Guti ponen la nota discordante en un bloque de jugadores de la zona.

Esta renovación de los dezanos y la continuidad de los estradenses está siendo clave a la hora de entender el inicio de temporada de ambos, con unos en pleno acoplamiento y otros con mucho camino andado en ese sentido. A ello contribuye también la apuesta futbolística. Los rojinegros han comenzado en un mar de dudas y su premisa principal está siendo asentar su defensa. Francis ha centrado su trabajo inicial en dotar a su joven equipo de una gran dosis de seguridad defensiva, el primer paso en el que asentarse para ir creciendo. El equipo ha mejorado en ese sentido.

Su punto débil sin embargo está en el ataque. Los rojinegros solo han sido capaces de marcar seis goles en trece jornadas, siendo el equipo menos goleador de la categoría. Marcan un gol cada 195 minutos, un promedio que empeora si tenemos en cuenta que tres de sus goles llegaron en las tres primeras jornadas. En las diez siguientes solo marcaron tres. En este aspecto, y teniendo en cuenta las limitaciones en ataque, el técnico ya ha pedido un esfuerzo a la directiva para tratar de incorporar algún jugador que pueda sacar mejor provecho de las limitadas ocasiones que generan.

El caso del Estradense es de nuevo totalmente contrario. Los rojillos viven su cuarta temporada al mando de Tinto y el técnico ha tenido tiempo para ir implantando una idea de juego de buen trato al balón y largas posesiones. Tras un año duro de inicio, el equipo fue abrazando la fórmula, llegando a su punto máximo el pasado año con un espectacular final de temporada, tanto por juego como por resultado.

Bajo esa premisa se iniciaba una temporada en la que el Estradense aspiraba a mantener el nivel de juego pero todavía no lo ha logrado. El equipo ha dejado buenos momentos pero dista del que enamoró hace solo unos meses. A la espera de la aguardaba mejoría, los rojillos han encontrado nuevas armas para lograr su objetivo. Transcurridas trece jornadas son cuartos, destacando su gran balance defensivo con solo diez goles encajados -son el segundo equipo menos goleado después del líder Vilalonga-. Esta seguridad destaca en un equipo que acostumbra a correr riesgos y más al no estar fino en el trato al balón en su inicio. Los rojillos incluso se han sentido cómodos en este papel de equipo seguro, mostrando aptitudes para jugar al contragolpe si es necesario. Los de Tinto no ganan por 3-0 pero si ganan más por 1-0 en relación a temporadas pasadas.

Con estos precedentes, ambos equipos se medirán el domingo en un paso más hacia el futuro que ambos dibujan. Los rojinegros siguen confiando en su paso adelante, apelando la juventud de una plantilla muy joven y un vestuario sano. Saben que su proyecto tiene un inicio complicado pero recuerdan que hace tan solo unas temporadas era el Estradense el que sufría en la parte baja de la Preferente abrazado a un equipo de jóvenes canteranos. Asumido el peaje, solo queda luchar con uñas y dientes por no caer a Primera Autonómica. Los rojillos por su parte escapan de cualquier tipo de presión sobre un plantel tan joven. Asumen que el paso adelante llegará con naturalidad y a su debido momento. En su caso solo queda esperar el momento de recoger lo que han estado sembrando durante años.

El primer paso de ese futuro tendrá su próximo episodio con un derbi de rivalidad de contrarios. Será un duelo con poco que decir en el presente de ambos equipos pero importante a la hora de seguir perfilando lo que unos y otros quieren ser cuando crezcan.

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