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balonmano - Nacional

Un diamante de quince años

Daniel Ramos se ha convertido en el centro de todas las miradas en el inicio de temporada del Lalinense

Daniel Ramos, ayer, en el pabellón Lalín Arena. // Bernabé/Gutier

Su desparpajo sobre la pista contrasta con su timidez fuera de ella. Con quince años Daniel Ramos debía estar viviendo el siempre difícil paso desde categoría cadete a juveniles. Sin embargo, el pasado domingo anotó siete goles en el partido de Liga Nacional que enfrentó al Embutidos Lalinense con el Calvo Xiria. Su actuación en ese partido vino a confirmar el prometedor futuro que en el club ya conocían desde hace tiempo.

"Todo está siendo diferente. No es lo mismo jugar en Nacional que con los juveniles. Es un salto grande y se nota la diferencia", explica un jugador que el año pasado compaginaba los equipos cadetes y juveniles. Este año subió de categoría pero no paso mucho tiempo antes de que Paco Aguiar lo llamase para el primer equipo. El hecho de contar con una plantilla muy corta le dio una oportunidad y no la ha desaprovechado a pesar de su corta edad. En la actualidad sigue jugando con el equipo juvenil pero ya no se entrena con ellos, solo lo hace con el primer equipo.

"Lo cierto es que no contaba con jugar tantos minutos. Como mucho me esperaba jugar algún minuto perdido o el tramo final de los partidos, cuando ya estuviese todo decidido. De hecho ahora mismo sigo compaginando el primer equipo con los juveniles. Entreno con los mayores pero los fines de semana juego con los juveniles", explica el jugador.

Ramos se ha encontrado en el primer equipo con un técnico que lo conoce bien. Ya lo entrenó en su etapa como infantil. A Aguiar no le ha temblado el pulso a la hora de subirlo con los mayores pero su juventud tampoco implica un trato especial. "Aquí todos somos iguales y no nos tratan diferentes a unos que a otros", reconoce. Una de las grandes diferencias que se ha encontrado en el primer equipo es el físico. "La fuerza es lo que más cambia cuando subes de categoría. Aquí somos casi todos iguales", explican un hombre que en las categorías base impone su 1,92 de altura y su peso. La otra gran diferencia es la mayor experiencia de sus rivales, ya que muchos de ellos lo doblan en edad.

El jugador destaca ahora en el mundo del balonmano pero sus primeros pasos en el mundo del deporte los dio en la Escola de Fútbol Lalín. Estuvo en la cantera del Cortizo hasta los once años. "La gente me empezó a hablar del balonmano y al final decidí probar. La verdad es que estaba a punto de ir para el rugby", admite un hombre que hasta ese momento había jugado como central o centrocampista en la EF Lalín.

Ramos es ahora ambicioso sobre las posibilidades esta temporada del Embutidos Lalinense. "Creo que tenemos que estar entre los cuatro primeros. Hay equipo para estar ahí o incluso más arriba. Estamos haciendo una buena temporada a pesar de la derrota con el Xiria. Era un partido complicado que debimos ganar al ser en casa pero se torció", afirmó.

Uno de los principales responsables de cuidar de Ramos y de su progresión es Aguiar, quien destacó las grandes cualidades que tiene su pupilo para la práctica del balonmano. "Por el momento lo estoy viendo muy bien, aunque tiene que ir poco a poco porque es muy joven. Está claro que tiene un físico y unas cualidades idóneas para el balonmano pero lo mejor es el interés que pone a la hora de aprender. Es una gozada trabajar con él", manifestó el entrenador dezano.

Por otra parte Aguiar ha explicado que en los últimos días cuentan con un jugador más en los entrenamientos después del regreso de Roberto Álvarez "Bombillas". Por el momento no cuenta con ficha y se encuentra intentando alcanzar su mejor estado de forma.

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