Totalmente quemado por los años de uso, así se encuentra el césped del campo de O Revel, en Sanxenxo, unas instalaciones que utilizan, de manera habitual, las categorías inferiores del Villalonga y el primer equipo para los entrenamientos. La situación no es precisamente nueva para los usuarios y para los padres de los más pequeños del club, que llevan años denunciando lo que ocurre en esas instalaciones sin que el Concello de Sanxenxo actúe.

Desde firmas hasta protestas han sido las vías a las que han recurrido sin éxito, encontrándose ahora con que el Concello tiene la intención de acometer una importante obra en Dorrón, "lugar en el que no tiene la actividad que se genera en O Revel, donde además de todas las categorías base del Villalonga también juegan dos escuadras de veteranos y una de fútbol femenino", explican. Insisten en que "las instalaciones no paran en toda la semana, pero son totalmente tercermundistas", ya que las deficiencias no solo se limitan al césped, sino que se extienden también al vallado perimetral, derribado en varios puntos, y al derrumbe de un talud en la zona que el Concello no ha solucionado.

El malestar de los padres del Villalonga con el Concello es más que evidente ya que "no se realiza el mantenimiento adecuado para unas instalaciones tan usadas como estas, por las que pasan ocho equipos de las categorías base, dos de veteranos, otro de fútbol femenino y sirve para los entrenamientos del primer equipo".

Cambio en la directiva

Tras finalizar la temporada y consumarse la caída del Villalonga a la Regional Preferente, el club se centra ahora en reestructurarse a nivel institucional. El presidente de la entidad, Carlos Bouzada, ha decidido abandonar el cargo por cuestiones personales con tan solo un año al frente de la entidad, por lo que hay convocada una asamblea general para el próximo domingo en el local social del Villalonga. La cita será a las 12.30 horas, y en ella, es muy probable que se dé a conocer el nombre del nuevo presidente de la entidad celeste.